Diario de León

Balonmano ■ Liga Asobal

El Ademar no cede en la pelea

El equipo leonés suma una nueva victoria, esta vez ante el bloque gallego, que sufrió en la segunda parte la mejor versión de los de Guijosa

Rodrigo Pérez revolucionó el partido en la segunda parte, cuando los leoneses ofrecieron su mejor versión.

Rodrigo Pérez revolucionó el partido en la segunda parte, cuando los leoneses ofrecieron su mejor versión.

Publicado por
Á. O.
León

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Teucro 24 - Abanca Ademar 32

El Abanca Ademar sigue firme en la pelea por el subcampeonato tras ganar ayer de forma solvente al Teucro (24-32). Los de Guijosa sumaron dos puntos más gracias a un inicio de segunda parte arrollador, en el que fueron aumentando la renta paulatinamente y dejaron vistos para sentencia los 15 últimos minutos.

Nacho Biosca, con sus paradas en los siete metros, y Cupara bajo palos, junto a la participación de Costoya, dieron rienda suelta a la superioridad de los leoneses. Los de Quique Domínguez querían olvidar la mala semana pasada con dos derrotas a domicilio, mientras que el Ademar llegaba en su mejor momento tras vencer siete de los ocho partidos de la segunda vuelta.

El equipo leonés salió más intenso, si bien los ataques se imponían a las defensas hasta que Nacho Biosca detuvo un siete metros. Gracias a un tanto de Jaime Fernández, Ademar logró irse por fin de dos goles. Con todo, Teucro neutralizó la ventaja a base de dianas de Moyano. En esa tesitura, el mejor de la primera parte fue un Álex Costoya que en los primeros 20 minutos se anotó cinco goles en su cuenta particular. Con Teucro reaccionando y empatando, Cupara sostuvo por delante a los suyos ante el mayor empuje gallego.

En esos minutos de igualdad, cayó un Jaime Fernández aquejado del tobillo. Aunque parecía que no podía continuar, finalmente no tuvo problemas y convirtiendo una jugada desde el extremo puso el 12-12 en el marcador. Jorge García, con una gran parada en un penalti sobre Mario López, impulsó a su equipo en los dos últimos minutos a pesar de estar en inferioridad. Sin embargo, el propio Mario se desquitó de su lanzamiento anterior con el 12-13. Quintás, justo sobre la bocina, puso el 13-13 al descanso desde el pivote.

Rodrigo estrenó el marcador visitante nada más reanudarse el encuentro. Con otro tanto y un zurdazo de Vieyra (13-16), Ademar recuperó la máxima ventaja que había tenido antes del intermedio y le sumó uno más. Replicó Teucro, pero Costoya volvió a hacer de las suyas y puso el 14-17. Había salido muy efectivo el equipo leonés. Así las cosas, iniciaba atacando el Ademar en la segunda mitad, con Rodrigo como jefe de cabina y leyendo muy bien el ataque. Los de Quique Domínguez tenían puesta una marcha menos pero Méndez, a la contra, demostró que no querían irse del partido tan pronto. Mario López, solo en el lateral, aprovechó un fallo local para volver a la renta de tres. Y a renglón seguido, logró una nueva diana que obligó al técnico de Teucro a pedir tiempo muerto para cortar la sangría.

Nacho Biosca detuvo su segundo penalti a Carlos García para confirmar que Ademar le ha cogido el tono bueno al encuentro. Vieyra, ajustando al poste, confirmó lo visto con el 15-20. Y de nuevo Biosca sacó otro penalti (3 de 3) para acabar de desconectar a Teucro. Rodrigo Pérez Arce, dándole continuidad a la superioridad de Ademar, colocó la máxima ventaja de nuevo con el 16-22.

Sin fisuras, con seguridad, los segundos de la clasificación estaban haciendo daño al equipo de Pontevedra. Así las cosas, Quique Domínguez pidió otro tiempo muerto ante el vendaval leonés. El parón no funcionó y Costoya evidenció que la defensa de Teucro estaba rota, amén de un parcial de 1-7. Se llegó al ecuador del segundo tiempo con 16-24, y el partido estaba finiquitado salvo sorpresa mayúscula.

Lo único que cabía esperar era que nadie se lesionase. Sin embargo, Mario López resultó la nota negativa con unas molestias musculares que le impidieron seguir jugando. Con todo decidido, Juanín García se sacó de la chistera uno de los mejores goles de la temporada con una rosca desde el extremo, enconado y sin espacio alguno, que envió al segundo palo y se coló en la portería de un Santana incrédulo.

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