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FÚTBOL | LIGA DE CAMPEONES

Cristiano evita la remontada

Real Madrid, 1 - Juventus, 3. Un polémico penalti en el tiempo de prolongación clasifica a los de Zidane para las semifinales después de que los italianos igualaran el 0-3 de la ida

Cristiano Ronaldo celebra su gol de penalti que clasifica al Real Madrid para las semifinales de la Liga de Campeones. RODRIGO JIMÉNEZ

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León

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IGNACIO TYLKO | MADRID

El Real Madrid estuvo a punto de firmar un ridículo histórico en Champions (1-3), jamás visto en la historia de la Copa de Europa ante una Juventus extraordinaria, pero al final estará en su octava semifinal de la Champions, que es lo que quedará en la historia le pese a quien le pese y se discuta lo que se discuta. Se cumplía el último minuto de descuento y al prórroga ya era casi un mal menor para un Madrid errático cuando el árbitro inglés Michael Oliver señaló un penalti muy polémico por un derribo discutible de Benatia a Lucas y después expulsó a Buffon por protestar en el que pudo ser último partido en la Champions del veterano portero. A Cristiano no le tembló el pulso y batió al polaco Szczesny, que entró por Higuaín.

Final insólito para una final que parecía resuelta en Turín, pero el fútbol jamás de de sorprender. Cristiano sigue sin fallar en esta Champions, ya suma 15 goles, y sin dejar de marcar cuando juega ante la Juventus. Pasó el Madrid, lo celebró el Bernabéu, pero Zidane su equipo se lo deben hacer mirar. Les ocurrió lo que se pensaba que pudo hacer el PSG en la ida de octavos, cuando el campeón llegaba en un pésimo momento. La gesta de la Roma ante el poderoso Barça era el mejor mensaje posible para que el Madrid no se relajara ante la Juventus. Por si acaso, Zidane advirtió a sus jugadores de que la eliminatoria estaba al 50%. Una exageración, sobre todo si se tiene en cuenta que en la historia de las competiciones continentales sólo el Dinamo de Bucarest fue capaz de eliminar al Slovan Liberec checo después de perder 0-3 en la ida. Y fue por penaltis.

Pese a los avisos, el campeón salió al campo con una relajación inexplicable. Y la Juventus nada de venir a Madrid a jugar un trámite. Ya advirtió Zizou antes de la ida que es un club con el mismo ADN ganador que el Madrid. Con todo aparentemente perdido, el campeonísimo italiano, cercano a su séptimo ‘scudetto’ consecutivo, salió con una presión altísima y las ideas muy claras. Cargar el juego a la espalda de Marcelo, buscar una y otra vez la velocidad y el desequilibrio de Douglas Costa y centrar muy pasado para que Mandzukic se impusiera a Carvajal.

Del mismo modo que Cristiano marcó enseguida en Turín, la Juve se puso por delante en el Bernabéu. Fue fruto de un gran centro de Khedira y un cabezazo franco del ariete croata. El gol más rápido encajado por el Madrid en su feudo en la historia de la Copa de Europa. Ese gol revivió a la ‘vecchia signora’ y puso de los nervios a una zaga blanca que echó de menos al capitán Sergio Ramos por su jerarquía, experiencia, dotes de mando y contundencia. Sin el sevillano, el equipo reculaba. Tanto Varane como el joven Vallejo, debutante en estas lides, se mostraban muy vulnerables. El 0-2 encendió aún más las alarmas en el Bernabéu, que no se creía lo que estaba a punto de pasar. Los italianos hicieron el 0-3 y lo fiaron todo a un error del Madrid para sentenciar. Pero cuando todo indicaba que habría prórroga, un discutible penalti sobre Lucas —y el posterior gol de Ronaldo— hicieron pasar del bochorno al susto.