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BALONMANO | LIGA ASOBAL

Costoya tranquiliza al Ademar

Abanca Ademar 27 Puente Genil 26 El equipo leonés mantiene la ventaja con Granollers y Logroño gracias a los nueve goles del lateral asturiano y a las paradas de Biosca

El lateral asturiano Álex Costoya supera a Chispi durante el partido disputado ayer en el Palacio entre el Abanca Ademar y el Puente Genil. FERNANDO OTERO

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sergio c. anuncibay | león
León

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Costó más de lo previsto, pero el Abanca Ademar no cedió ayer ante un combativo Puente Genil (27-26) y mantiene la ventaja con sus inmediatos perseguidores para abrazar ese subcampeonato que lleva a la próxima edición de la Liga de Campeones. Si lo consiguen tendrá mucho mérito porque esta Liga está más igualada que nunca, como volvió a demostrarse ante el equipo cordobés, que a punto estuvo de asaltar el Palacio a pesar de que su guerra se enciende en otras latitudes, alejada de los focos europeos.

Evitó el sofocón Biosca, que entró a la pista en el ecuador de la segunda parte. Tocó tres balones trascendentales. También fue determinante el papel de Álex Costoya, al que seguro se le echará de menos el próximo año. El asturiano no sólo hizo el gol de la victoria cuando apenas quedaban un puñado de segundos. Antes tiró del carro en ataque para romper una defensa que dejaba pocos huecos para conectar con el pivote o el extremo. Terminó con nueve tantos.

Igualmente hay que destacar a Jaime Fernández, al que Guijosa encomendó una de las tareas más complicadas de la tarde. Lo puso en el avanzado para evitar que le llegaran balones a un David Jiménez al que le entraba absolutamente todo. Sus lanzamientos parecían imparables y sólo en el segundo acto hizo seis goles. Otros cuatro en el primero. Fue una auténtica pesadilla. Y el principal culpable de que el Puente Genil aguantara el tipo durante los sesenta minutos.

Los andaluces, con la salvación encarrilada aunque no zanjada de forma matemática, avisaron desde el principio. Y aprovecharon la fragilidad defensiva de un Abanca Ademar al que le costó encontrarle el ritmo adecuado al partido. Varios errores en la transición nada más arrancar el choque propiciaron los contragolpes del conjunto entrenado por Julián Ruiz, que precipitó el primer tiempo muerto solicitado por los leoneses cuando se habían disputado sólo cinco minutos del compromiso. Ese parcial de 2-5 enfadó a Guijosa, que exigía más intensidad del 6-0 para complicar el ataque rival. Simonet, en la acción siguiente, batió a Jorge Oliva, no sin dificultades, aunque los leoneses seguían bastante atascados y Cupara tardó nueve minutos en tocar el primer balón.

Ni la exclusión de Rudovic cambió la dinámica. Tuvo que ser Piñeiro, fajándose en seis metros, quien empatara el choque, pero el conjunto leonés era incapaz de marcar distancias y tuvo que enfilar el túnel de vestuarios con una renta exigua (14-13).

El descanso le vino bien al Abanca Ademar, que parecía más enchufado. Jaime Fernández firmó desde el extremo, y con algo de suspense, como acostumbra, la máxima renta del encuentro (18-15), pero los de Córdoba no iban a izar la bandera blanca. Ni mucho menos. Dos tantos consecutivos de Moreira igualaron de nuevo la contienda, que caminaba por una delgada línea. Los puntos podían caer de cualquier lado. Dos, uno o ninguno.

Los leoneses llevaban la voz cantante, aunque no podían aumentar la ventaja por encima de los dos goles. Y en el Puente Genil David Jiménez limpiaba con cada disparo las telarañas de la cruceta. Una y otra vez. Hasta que el cambio a la defensa mixta le cerró alguna puerta. Aún así, el equipo andaluz se puso por delante (22-23) con uno de sus cañonazos.

El intercambio de golpes aguantó hasta el último suspiro. La tuvo Juanín desde los siete metros, pero Oliva le adivinó las intenciones y sostuvo el suspense con dos minutos por delante. Después apareció Biosca, que detuvo las dos tentativas de Curro para hacer bueno el tanto de Costoya y sumar otros dos puntos que acercan el objetivo del segundo puesto. Ya solo hay cuatro jornadas por delante.