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GP DE MÓNACO DE F-1

Ricciardo sigue dominando en las calles del Principado

El as australiano de Red Bull, pretendido por varios equipos, logra la 'pole' como colofón a un gran fin de semana. "Estoy feliz, muy feliz, pero debemos redondear este crono con la conquista del triunfo en el GP", comenta Ricciardo

Daniel Ricciardo, entre Sebastian Vettel y Lewis Hamilton, en el podio del sábado en Mónaco.

Publicado por
MIGUEL MARTÍNEZ
León

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Fue el más rápido en la primera sesión, en la segunda, en la tercera, y Daniel Ricciardo (Red Bull) no falló para lograr la segunda 'pole position' de su carrera, dos años después de la que consiguió, también aquí en Mónaco. “El 50% del trabajo está hecho” dijo a su ingeniero por radio. Puede que, tratándose de las calles de Mónaco, sea algo más, pero el australiano aún tiene fresca en su memoria cómo un error de estrategia de su equipo le privó de la victoria dos años atrás. “Fuimos los más rápidos en cada sesión, pero la carrera es mañana y será cuando lo celebremos. Me queda mucha pasión aún dentro porque quiero rematarlo en carrera”.

HAMILTON, TERCERO, SE CONSUELA

Ricciardo ha ido batiendo el récord histórico de Mónaco durante todas las sesiones y lo rebajó de nuevo hasta 1.10.8 minutos en un primer intento perfecto, una vuelta espectacular, impecable, que ni siquiera el australiano pudo superar en su segundo intento. “No he tenido el ritmo necesario, y ha sido imposible seguir a Daniel”, confirma Lewis Hamilton (Mercedes), que arrancará tercero, minimizando daños, porque en el circuito mas desfavorable par Mercedes, el lugar donde Ferrari debería estar claramente por delante, solo tiene un coche rojo por delante, el de Sebastian Vettel. Y sabe también, que aún saliendo tercero con 2016 ganó la carrera por los errores de Red Bull. “Hay una larga carrera mañana y Red Bull ni siquiera ha probado el fin de semana todos los tipos de neumáticos”, advierte el inglés.

 

Daniel de Ricciardo (Red Bull-Renault), gran dominar de todos los ensayos del GP de Mónaco. / AFP / ANDREJ ISAKOVIC

Mónaco actúa como un scáner sobre el talento de los pilotos. Las estrechas calles, los muros, la velocidad… los pilotos actúan bajo la máxima presión. Y, en Mónaco, sale a relucir lo que otros circuitos a veces enmascaran. “Es el mejor sitio par dar un golpecito en la mesa”, dice Carlos Sainz tras superar a Nico Hulkemberg por segundo gran premio en consecutivo, por pasar a la Q-3, dejando a su compañero en la Q-2. “Hice cambios en el 'setting' para mejorar. Era complicado calentar las ruedas, pero en la Q-3 completé un gran vuelta”, dice el madrileño tras firmar un gran octavo, justo por detrás de Fernando Alonso, que también dejó atrás a Stoffel Vandoorme, en la Q-2. “Tuvimos un fin de semana complicado, La primera sesión del jueves la perdimos por problemas en los frenos. En el FP3 de esta mañana, el coche estaba como desconfigurado, un rompecabezas difíciles de entender. Así que volvimos a las ideas del jueves  y recuperamos un coche mejor, con la confianza necesaria para mejorar, así que me sabe muy bien el séptimo puesto”, explica Alonso.

RAIKKONEN, MEDIO DE FIESTA

El momento más interesante del gran premio llegará alrededor de la única parada en boxes a mitad de carrera. “La gran pregunta que todos nos hacemos es cuánto van a durar los neumáticos hiperblandos con los que salimos los diez primeros. Nadie te va a adelantar antes, pero alrededor de la parada pueden hacer un 'undercut', puedes volver en tráfico por evitar ese 'undercut'… Será muy interesante”, concluye el asturiano.

Mónaco no engaña y castiga el más mínimo fallo, como el del joven e impetuoso Max Verstappen, que estrelló su coche en la tercera sesión de libres, en el sitio exacto que lo hizo en 2016. El joven talento holandés no tuvo más remedio que pedir perdón. Puede que el año que viene no sufra la presión de Ricciardo, que cada día está un poco más cerca de cerrar un acuerdo con Ferrari. Kimi Raikkonen, de nuevo por detrás de Vettel, de nuevo sin colarse por delante de los Mercedes cuando más lo necesitaba el equipo, tiene como invitado en su barco a Tommi Makkinen, el excampeón del mundo de rallys, que, dicen, volverá el año que viene al Mundial de rallys a los mandos de un poderoso Toyota.