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«Es mi último Mundial y me gustaría aprovecharlo»

David Silva trata de mantener su estatus en el once titular . Asegura que ya tiene una edad (32 años ) y debe dejar paso.

David Silva y Andrés Iniesta participan en el entrenamiento de la selección española. JAVIER ETXEZARRETA

Publicado por
León

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ROdrigo erraSTI | Krasnodar

«Todos leemos noticias de todos, nos señalan porque no estamos encontrando nuestro mejor juego, se cuestiona mucho el juego de la selección y son muchos los jugadores de la selección que acaban señalados, David (Silva), jugador buenísimo, igual que Isco y que Andrés (Iniesta), va a marcar la diferencia en este Mundial, estoy seguro. Empezando por este domingo», dijo Dani Carvajal.

Como buen defensa, sacó la cara por su compañero David Silva, uno de los supervivientes del ciclo triunfador iniciado en la Eurocopa 2008 junto a Sergio Ramos, Andrés Iniesta y Pepe Reina. Los tres primeros partidos del Mundial de Rusia han quitado brillo a la estrella que luce en el pecho Silva, que no oculta su «orgullo por ser uno de los veteranos y haber participado en esa gran etapa de la selección». «Lo hubiera firmando el primer día que vine en 2006, nadie se imagina ganar un Mundial y dos Eurocopas», explicaba Silva al inicio de la concentración, cuando aún Julen Lopetegui estaba en el cargo de seleccionador.

Con el técnico vasco, el canario, ahora rapado, era piedra angular del juego de la selección: nadie jugó más partidos que él, era el encargado de ejecutar los golpes francos, córners y penaltis y explotó su faceta goleadora: diez tantos, de los cuales cinco fueron en la fase de clasificación (con otras cinco asistencias). Con ellos incrementó hasta 35 su cifra con la selección, siendo ya el cuarto máximo goleador histórico (cerca de Torres, que hizo 38 en 110 encuentros). «Si estás tantos años adquieres jerarquía. Llevar esos goles me ilusiona. Lo que me preocupa y me ocupa más es que el equipo gane. Si marco, mucho mejor; pero lo prioritario es la victoria». Ahora, con su titularidad en el aire ante Rusia, Hierro podría entregar la responsabilidad al capitan, Sergio Ramos, pese a sus malas experiencias desde los once metros (ante Croacia en la Euro o frente a Brasil en la Confederaciones).

El gen luchador de Mateo Esta campaña no ha sido fácil para el centrocampista del City, pese a que ha añadido su tercera Premier League a su palmarés. Ha pasado duros momentos por las complicaciones del embarazo de su pareja y el nacimiento de Mateo «de forma prematura extrema», pero el niño fue capaz de superarlo. «He aprendido a darle prioridad a cosas sencillas que antes no lo hacía, o a cambiar la perspectiva de vida. Te pasan cosas que te obligan a hacerlo», aseguró Silva durante el ‘Media Day’ antes de partir hacia Rusia.

Tras muchas semanas sin jugar ni entrenar para estar pendiente de su hijo Lopetegui decidió diseñarle un plan específico para su puesta a punto con ayuda de diez futbolistas del Navalcarnero, equipo madrileño de Segunda B cuyo entrenador era Julián Calero, que fue ayudante de Lopetegui en el Oporto y tras la destitución del vasco se ha convertido en el segundo de Fernando Hierro. Casualidades de la vida. Es uno de los que mejor sabe cómo está el canario, que tuvo buenos ratos ante Portugal, se echó el equipo a la espalda ante Irán sin mucha suerte y que terminó siendo sustituido ante Marruecos.

El entorno más cercano de Silva, que tiene a su hermano en Krasnodar, dice que está más motivado que nunca en el torneo. Está deseando dar una alegría a Mateo, su pequeño luchador. «Ya tengo una edad (32 años) y este es mi último Mundial y me gustaría aprovecharlo. Tengo la experiencia y creo que he sido fuerte siempre y que he tenido una mentalidad fuerte, por eso he estado muchos años con un nivel alto. Eso te ayuda porque cuando eres más joven lo ves de otra forma, te comes más la cabeza y el tiempo te da esa tranquilidad», explicaba antes del torneo. El gol en semifinales Ahora, diez años después y sin aquel flequillo que lucía en su juventud, vuelve a aparecer en el horizonte Rusia, contra la que completó quizá su primer gran encuentro con la selección un 27 de junio de 2008. Fue una gran obra coral, similar a la final de la Eurocopa en Kiev en 2012. Marcó uno de los goles en semifinales, el tercero, en un partido en el que recibió varias faltas en la frontal del área (4) y sólo falló un pase.

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