Diario de León

España busca seleccionador

Luis Enrique, Quique Sánchez Flores y Míchel, candidatos al banquillo de La Roja.

A Hierro le ha quedado grande el banquillo de España. LAVANDEIRA JR.

A Hierro le ha quedado grande el banquillo de España. LAVANDEIRA JR.

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León

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óscar gonzález | moscú

La traumática despedida del Mundial ha abierto el debate en España no sólo de quién debe ser el seleccionador, sino de si el actual modelo ya está agotado. Fernando Hierro, convertido en entrenador dos días antes del comienzo del campeonato, aún no ha aclarado su futuro, aunque se da por hecho su salida.

Míchel, Quique Sánchez Flores, Luis Enrique...la lista de posibles candidatos no provoca el consenso y el presidente de la Federación, Luis Rubiales, quiere escuchar a todas las partes.

Sin Iniesta, ni Piqué —que han anunciado que dejan la selección—, España comienza su participación en la Liga de las Naciones el 8 de septiembre, nada menos que contra Inglaterra en Wembley. Hace falta un cambio de rumbo para enderezar un equipo que parece desnortado.

Un contraste tan agrio entre las expectativas existentes y la cruda realidad no es fácil de digerir. Y tampoco de explicar. La pregunta ha quedado ahí, suspendida en el aire, como un balón que no quisiera caer. ¿Qué ha pasado? O planteada de otra manera. ¿Cómo ha sido posible que un equipo se haya descompuesto de tal manera y, en apenas un mes, haya pasado de suscitar la admiración general a ser tan aburrido, denso y previsible?

Cualquiera que busque una respuesta coherente debe plantearse la cuestión de Lopetegui. Perder a su entrenador a dos días de comenzar una competición sólo puede ser negativo para un equipo, salvo que hayan sido los propios jugadores quienes hayan provocado su destitución por los motivos que sea. No ha sido el caso. El cambio Lopetegui-Hierro es evidente que no ha traído nada bueno a La Roja. Para empezar, porque existía una gran diferencia entre ambos en lo que se refiere a conocimiento del grupo y de los rivales en el Mundial. A la hora de la verdad, al malagueño le ha quedado dos tallas grande el traje que le hizo Luis Rubiales. Y en segundo lugar, por la inestabilidad que provoca siempre en un grupo humano, se quiera o no, el cambio repentino e imprevisto de la autoridad competente.

Dos años seguidos escuchando a la misma voz de mando hablar de un objetivo y perderla de repente no es agradable. Será cuestión, por tanto, de pedir responsabilidades a Florentino Pérez y al propio Julen Lopetegui que, sin encomendarse a nadie, buscando su propio beneficio personal, a dos días del debut en el Mundial, desestabilizaron a la selección con la carga de profundidad de ese fichaje inesperado. Pero ya de nada vale lamentarse. Hay que mirar al futuro y tomar decisiones, pero que esta vez sean acertadas.

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