La dictadura de Óscar González Brea
El ciclista gallego gana con autoridad la Vuelta Ciclista a León, que dominó desde el primer día. Jaume Sureda consigue la victoria en la última etapa tras fugarse a cuarenta kilómetros de Astorga.
s. c. anuncibay | león
Óscar González Brea ha dominado de principio a fin la Vuelta Ciclista a León. Desde el primer día, el corredor gallego ha exhibido una fortaleza impropia de un sub 23. No ganó en Astorga, pero la ventaja con la que afrontó la última etapa fue suficiente para coronar la ronda en lo más alto del podio. Nadie pudo quitarle el jersey amarillo que se enfundó en la jornada inaugural tras marcar el mejor tiempo en la contrarreloj nocturna por el casco urbano de León.
Su nombre forma ya parte de la selecta nómina de vencedores del Gran Premio Diputación, que sufraga la Institución provincial y organiza la empresa lacianiega Kiana Sport.
Si bien, la de ayer no fue sólo una jornada de trámite, a pesar de que el trazado era casi todo llano y dejaba poco espacio para la sorpresa dentro del pelotón. González Brea contó con la inestimable ayuda de sus compañeros del Supermercados Froiz para controlar cualquier conato de rebelión y evitó que sus rivales directos, principalmente Anatoli Budiak, recuperaran el tiempo perdido en las cinco etapas anteriores.
Tan sólo Jaume Sureda robó algo de protagonismo al campeón. El mallorquín ganó en la capital maragata, donde cientos de personas disfrutaron de una carrera que cada año tiene más seguimiento popular. El ciclista del Caja Rural había rozado el triunfo en las jornadas previas, pero encontró una férrea oposición que le dejó con la miel en los labios. Ayer partía entre el elenco de favoritos para ganar la etapa al ser uno de los mejores esprínter del pelotón.
Pero sorprendió a la fuga. A cuarenta kilómetros de la meta, pegó un hachazo junto a Alberto Serrano, otro que ya había dejado su impronta en la ronda leonesa. Los dos abrieron una distancia importante con el grupo donde estaba el líder y lograron una ventaja de dos minutos.
Cuando ya atisbaban la última pancarta, Sureda tomó la delantera y celebró con rabia una victoria que se le había resistido.
Tras él, llegó Serrano y a menos de medio minuto entró el pelotón con el líder, que apunta al ciclismo profesional tras su importante triunfo en la Vuelta, que deja otros nombres propios. Marcos González terminó como el mejor leonés y Kevin Viñuela, bregado en otras latitudes, sostuvo el maillot de las metas volantes en su primera incursión en un evento deportivo de este tipo. El triatleta demostó en su tierra que la ronda no le queda grande. Además le sirve esta experiencia para sumar kilómetros en las piernas que, sin duda, le vendrán muy bien para afrontar con garantías todos los retos que asumirá en el futuro.