Nuria cumple en una final frenética
La berciana acaba en el puesto 11 en los 10.000 metros que se apunta la keniata nacionalizada israelí Salpeter Krumins y Bath completan el cuadro de honor.
MIGUEL ÁNGEL TRANCA | LEÓN
Nuria Lugueros era consciente que en su debut en el Europeo de 10.000 el podio era una meta casi inalcanzable. Con tantos ‘gallos’ dispuestos a luchar por lo máximo sus aspiraciones en un año tan brillante para ella pasaban por firmar un gran papel. Mejorar su marca y acabar cerca de los puestos de honor también entraban en sus planes. Su puesto 11 en la meta resultaba para ella y los rectores de la Federación un notable resultado. Máxime en una carrera de tanto desgaste que se ‘cobró’ numerosas víctimas en forma de abandonos.
Junto a Nuria, otras 25 protagonistas tenían cabida en la pista de Berlín para una final a la que el calor, excesivo, y el fuerte ritmo que se iba a imprimir desde la salida, iba a pasar factura. La batalla por un lugar entre las mejores apenas iba a durar unos metros. Desde la misma salida la rumana Bobocel iba a pasar al ataque. Parecía una táctiva suicida y así fue para ella. Con 25 vueltas no era preciso gastar más fuerzas de las precisas. Y menos teniendo a su estela a dos pesos pesados de la distancia, la turca de origen keniano y gran favorita Yasemin Can, y la también keniata nacionalizada israelí Lonah Chemtai. Las dos se situaban junto a la sueca Meraf Bahta y la holandesa Susan Krumins un poco más atrás. Ese era el quinteto cabecero que cumplimentaba el primel mil. Por detrás la escabechina era total con varios grupetos y el más numeroso en el que se encontraba la berciana, sabedora de que la carrera podía dar mucho de sí. Y más de que alguna rival podía pagar su carácter ofensivo.
A un ritmo de 3:12 por kilómetro la situación apenas iba a variar. Salvo que la rumana Bobocel pasaba por una crisis que la hacía ir perdiendo posiciones. Y ahí salieron a relucir los galones de Can y Salpeter para comandar el grupo del que se agarraban no sin cierto sufrimiento Krumins y Batha. Nuría, cada vez más asentada en la carrera, lo hacía entre las 12 mejores, pasando incluso a marcar el ritmo de su grupo.
La berciana siempre cumple en las grandes citas y a pesar de que esta no es su mejor distancia y de que enfrente tenía a una excelsa nómina de rivales, su rendimiento fue incluso en aumento conforme se fueron consumiendo las vueltas y esta se cobraba varias víctimas propias de una final que se corrió a un ritmo frenético.
Por delante saltaba la sorpresa con una Can que parecía muy solvente pero que en el tramo final perdía fuelle pasando del primer al cuarto puesto en la línea de meta. Su mano a mano con su compatriota de origen y en la actualidad representante israelí Lonah Salpeter le pasaba una excesiva factura cediendo primero frente a la postre campeona para luego hacerlo con una sorprendente atleta holandesa Krumins que se colgaba la plata mientras que la sueca Meraf Bahta se hacía con el bronce. Incluso en la última vuelta la alemana Alina Reh también le daba caza relegándola a la quinta posición.
En cuanto a Nuria destacada actuación en la final del 10.000 se saldaba con una meritoria 11ª posición y una marca de 32:55.30 justo por detrás de la también española Maitane Melero y la portuguesa Ribeiro. Para la leonesa un resultado más que positivo en una carrera a la altura de una final mundialista. Con mucha calidad y también disputada sin concesiones entre sus protagonistas.