EL PULSO DEL FUTURO EN MOTOGP
Márquez y Lorenzo ya actúan pensando en su duelo del 2019
Los actuales pilotos de Honda y Ducati compartirán equipo, las dos próximas temporadas (2019 y 2020), y ya estudian la manera de imponerse en ese envite
Dicen, aunque nadie ha podido comprobarlo, que Jorge Lorenzo (Ducati) cuando se acercó a saludar a Marc Márquez (Honda) en el ‘corralito’ del circuito de Spielberg tras su espectacular pelea por la victoria en las tres últimas vueltas del Gran Premio de Austria, en las que el tricampeón venció al tetracampeón más joven de la historia de MotoGP, el mallorquín le susurró al oído algo así como “primer duelo, Marc”. No era, desde luego, el primer duelo entre ambos campeonísimos (entre los dos suman 11 títulos), pero sí el primer acercamiento de Lorenzo al trono de Márquez, sí la primera señal de que, los ocho grandes premios que quedan y, sobre todo, la próxima temporada, donde ambos ‘pilotazos’ van a compartir fábrica, equipo y moto, será la más espectacular de las últimas décadas.
Un pulso preparado con antelación
Ambos pilotos conversaron sobre este extremo con El Periódico de Catalunya antes de abandonar Spielberg y coincidieron en asegurar que esperan y desean que “el buen rollo que tenemos ahora, la buena relación que mantenemos, se pueda alargar y mantener durante el duro trabajo que haremos, pues una cosa es la pista y otra la vida en el box”. Lo cierto es que mientras Honda está preparando el mejor equipo técnico posible para Lorenzo, que reconoció a este diario que “esta vez, no puedo influir en nada en el equipo técnico que me rodee”, a excepción de su fiel e inseparable mecánico Juanito Llança, que jamás le ha abandonado, Márquez trata de idear, sugerir y construir la mejor Honda-2019 posible de cara a su estilo de pilotaje, lo que ya podría ser un primer problema a resolver por Lorenzo.
Jorge Lorenzo celebra su victoria en Austria, subido en su Ducati. / ALEJANDRO CERESUELA
El hecho de que Honda esté pensando, incluso, arrebatar sus dos mejores mecánicos al británico Cal Crutchlow, su tercer piloto oficial, ya da idea de lo en serio que se está tomando la fábrica japonesa, con Alberto Puig, director deportivo, al frente, la composición del ‘team’ que tendrá Lorenzo en el box de al lado de Márquez. Es evidente que Puig se juega mucho en este envite, pues fue el expiloto quien conversó, directamente, con Lorenzo para contratarle. Ni que decir tiene que Honda está deseosa de que Lorenzo gane carreras y el título, para poder demostrar que es su moto quien gana y no las manos, el coraje, la pericia y el equipo técnico que dirige el ingeniero Santi Hernández.
Honda quiere el título de marcas
Como hace meses reconoció un importante jefe del ‘team’ Repsol Honda, “lo que más, por no decir lo único, que interesa a los jefazos de Japón es subirse al escenario de la fiesta de fin de curso del Mundial, que se celebra el domingo de Cheste (Valencia), y recibir el título de campeones del mundo…de constructores, ése es el cetro que más desean y que prestigia a la marca”. En ese sentido, esperan que la llegada de Lorenzo suponga un refuerzo para Márquez, que, en los últimos años, ha estado muy solo a la hora de sumar puntos para el Mundial de constructores, ya que Dani Pedrosa, su pareja a la hora de sumar puntos para ese campeonato, solo ha sido 3º (2013), 4º (2014), 3º (2015), 6º (2016), 4º (2017) y ahora es 11º en el presente Mundial.
Todo el mundo cree que la presencia de un expiloto como Alberto Puig en el equipo Repsol Honda facilitará la relación entre ambos, pues el exmanager de Pedrosa sabe más que nadie de motos y carreras y, sin duda, sabrá cómo afrontar, si es que se producen, los distintos problemas que se presenten. Es evidente, como han reconocido todos los implicados en el proyecto, considerado como “fastuoso” por todo el ‘paddock’ de MotoGP, que si hay una fábrica capaz de responder y satisfacer las demandas de dos pilotos tan dispares en su pilotaje y concepción de las carreras como Márquez y Lorenzo, ésa es Honda, capaz de construir una moto con una excelente base y mejorar o modificarla a petición de sus pilotos.
Márquez solo piensa en ganar
“Cada vez estoy más convencido de que Honda ha hecho un gran fichaje con la llegada de Jorge…sobre todo para la fábrica, para el equipo”, comentaba Márquez, con una amplia sonrisa en su rostro, bajo el podio de Spielberg. “También para mí, sí, también para mí, pues tendrá mis mismas armas y estará en nuestro box. Es una jugada maestra de Honda, le quitas un tricampeón y un piloto velocísimo a uno de tus rivales y lo ganas para tu marca. Yo prefiero tener a Jorge en mi mismo box, que en otro”. Hay quien piensa, aunque no lo verbalice en público, como Alberto Puig, que, aunque parezca increíble, el próximo año veremos un Márquez aún mejor, porque tendrá que dar un salto en su pilotaje, que ahora parece imposible, para poder ganar a Lorenzo con su misma moto.
Preguntado sobre el gran refuerzo que significa la llegada de Lorenzo al ‘team’ oficial y la posibilidad de que el título de constructores sea más fácil, el ‘nen de Cervera’ comentó: “Bueno, esas cosas cambian poco para mí. Yo intento ganar siempre, yo debo ganar siempre, ¿por qué?, porque soy el piloto nº 1 de Honda. Si eres piloto de fábrica, tienes que ser siempre el primero de tu marca. Para mí, nada cambia: el primer objetivo es ganar a tu compañero; el segundo, ser la mejor Honda; el tercero, ganar carreras y el cuarto, o primero, llevarte el título”. Ni que decir tiene que Márquez mostró su sorpresa porque el tremendo pulso con Lorenzo, en Austria, “haya sido tan limpio, tocarte, siempre te tocas, pero, a la velocidad que vamos, hemos hecho un milagro, la verdad”.
Marc Márquez (Honda) y Jorge Lorenzo (Ducati), durante el GP de Austria. / ALEJANDRO CERESUELA
Lorenzo, por su parte, estaba el domingo eufórico, con razón, con mucha razón. “He logrado lo que, en estos momentos, ansían todos los pilotos de la parrilla de MotoGP: derrotar al mejor piloto en el cuerpo a cuerpo, el piloto más difícil de batir en esas condiciones, el piloto que siempre lo intenta y el más ambicioso”. Esos elogios sobre Márquez, que no son nuevos en boca del tricampeón mallorquín, son auténticamente ciertos. Y, de cara al futuro, Lorenzo comentó: “Marc es un piloto increíble, que se evoluciona a sí mismo, en todos los aspectos, que no para de aprender, de estar atento a todo, de mejorar su pilotaje en pequeños detalles. Por ejemplo, ahora ha aprendido a conformarse atacando, cosa que es muy sorprendente en él”.
Lorenzo está convencido, así, de entrada, que la relación el año que viene será buena. “Marc es un tipo muy sencillo, muy familiar, muy campechano. Marc es un apasionado de las motos, un tío muy de la mano, fácil, aunque, cuando entra en la pista y, por supuesto, en su trabajo, se transforma y es muy ambicioso y siempre quiere ganar. Como yo, claro”. Es evidente que, en estos días, hay quien está recordando que Lorenzo ha tenido, a lo largo del año y medio que lleva en Ducati, muchos enfrentamientos con Andrea Dovizioso, italiano, subcampeón del mundo y que lleva ya 101 carreras con la Ducati. Esos pulsos no han salido a la luz hasta ahora, cuando ambos se lanzaron algunas flechas verbales antes del doblete de Brno, que pareció calmar las aguas con un saludo sincero en el 'corralito' del circuito checo.
Pese a todo lo que se jugarán las dos próximas temporadas y quien sabe si en los últimos ocho grandes premios que aún le restan al Mundial-2018, el tricampeón mallorquín, que tiene seis años más que Marc (31 y 25), espera que “en este pulso que mantendremos salgamos ganando los dos y Honda. Yo, desde luego, tendré que aprender de él, pues este es su sexto año con la Honda y, por tanto, es él quien más sabe de esta moto. No hay duda, formaremos un equipo superpotente y muy ganador”.