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Un equipo para cada ocasión

La nueva Ponferradina de Jon Bolo busca adaptarse a cualquier circunstancia de juego Los futbolistas han interiorizado rápidamente las ideas del técnico.

Matthieu está siendo uno de los destacados en la pretemporada de la Ponferradina. L. DE LA MATA

Publicado por
León

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álex estébanez | ponferrada

Las pretemporadas sirven básicamente para que los futbolistas recuperen el ritmo de competición perdido durante las vacaciones y para ir conociendo a los nuevos compañeros antes de que comience la competición. Si poco sentido tiene quedarse con el resultado de un amistoso, poco más puede tenerlo analizar a un jugador por su desempeño en un partido de preparación. Sin embargo, siempre se pueden apreciar detalles que luego se convierten en definitorios del juego de un equipo durante el año.

Es el caso de la nueva Ponferradina que dirige Jon Pérez Bolo, que más allá de una pretemporada con resultados notables, ya va dejando ver la mano del técnico vasco en algunos momentos de los siete partidos que ha disputado hasta la fecha.

Bolo tiene claro que la Deportiva tiene que ser un equipo que mande en los partidos, pero también que ese dominio no tiene por qué ir de la mano de largas posesiones de balón estériles. La portería rival es la meta clara que tienen todos los componentes de la plantilla, y a ella se puede llegar por varios caminos.

Esta Deportiva tiene futbolistas con calidad suficiente para hacer rondos en el centro del campo, pero también con la capacidad de enviar un balón largo a la espalda de la defensa para anular la presión de los rivales. Las entradas por las bandas, tanto de los interiores como de los laterales, son una constante, pero también se mezclan con conducciones por dentro para buscar el pase en profundidad al delantero.

Eso cuando el equipo tiene el balón, pero Bolo es consciente de que habrá momentos y partidos en los que sea el rival el que lleve la voz cantante con la pelota, y también tiene un plan para ello. Ahí es cuando aparece la línea de presión muy alta, con los delanteros actuando como primeros defensas para buscar la recuperación y la salida rápida hacia la portería contraria.

La estrategia a balón parado es otro de los puntos en los que el equipo ha ido creciendo con el paso del verano, tanto a la hora de atacar como a la de defender. A nadie se le escapa que en Segunda División B muchos partidos se deciden en una jugada aislada con un lanzamiento de falta o un córner, y nadie puede renunciar a ello.

Todas estas facetas de juego, lejos de suponer una renuncia a tener un estilo de juego definido, suponen una serie de herramientas muy necesarias en una categoría donde cada jornada supone un nuevo reto no sólo por el rival que estará enfrente, sino por las múltiples variantes que se pueden encontrar en cuanto a terrenos de juego (tanto en el tamaño como en la superficie de los mismos), que dificultan apostar por una única manera de afrontar los partidos.

De momento, parece que la Deportiva está preparada para afrontar esas dificultades, aunque la prueba definitiva llegará a partir del día 25.