Nava de los Caballeros homenajea a Nano Urdiales, ‘El Maestro’

A. QUIÑONES | Nava de los Caballeros

Hace algunas fechas se celebraron en la localidad de Nava de los Caballeros dos corros de lucha leonesa, uno de base muy concurrido y que fue del agrado del público existente y otro de la liga femenina en el que resultaron ganadoras: Beatriz Riaño en ligeros, Nerea Lorenzo en medios y Vanesa Santos en pesados.

Se aprovecharon estos eventos para realizar un homenaje a ‘Nano’ Urdiales apodado el Maestro, ‘El Caballero de Nava’. Con él compartieron honores, como le hubiese gustado a Nano, otros luchadores destacados del pueblo de Nava: Porfirio Bayón, campeón provincial en Cistierna en el año 1957, Ramón Bayón Reyero, campeón provincial en los años 1966 y 1967, Ediberto Bayón, campeón juvenil, los hermanos Tagarro, Ramón Bayón Serrano, Antonio Flórez, Juan José Puente, Jesús Sánchez, y alguno más que se nos quedará en el tintero. Pues como cuenta Olegario Rodríguez Cascos y Camino Gallego en su libro ‘¿Hay quien luche?’, en Nava de los Caballeros, tenían costumbre los mozos de luchar hasta bien entrada la noche, sobre todo en verano y otoño.

Volviendo al principal protagonista de este homenaje, son numerosas sus anécdotas, que ponen de manifiesto sus más destacadas virtudes, la caballerosidad y deportividad. Son de sobra conocidas las protagonizadas con Miguelín, con Bernardo Álvarez...

Accedió Nano ante la petición de Miguel a dejarse caer para poder ensalzar su figura ante una novieta que estaba en ese momento viendo el corro, pero lo que Nano no sabía es que Miguelín tenía preparada una segunda treta, un pozo en el corro al que llevó a Nano, dándole la segunda caída y quedando vencedor del corro. Nano, asombrado le preguntó a Miguelín: «¿cómo me haces ésto?», a lo que éste contestó: «La lucha es así».

Otra de las más conocidas fue su primer combate con Bernardo Álvarez, que era casi 20 años más joven, la confianza que le aportó a Nardi esta diferencia de edad hizo que sin darse cuenta las dos caídas fueran a favor de Nano.

Recordado este episodio por Nano y dando muestra de su deportividad reconocía que en el corro siguiente, en Mansilla, fue Bernardo el que le dio a él las dos caídas sin enterarse.

Otro de los hechos que dan muestra de su caballerosidad es que cuando a Nano le comentabas que bien has dado esta maña, siempre respondía, «el que la daba muy bien era...» dando muestra de su calidad, elegancia y el reconocimiento de los rivales.

Queremos hacer especial mención al corro celebrado el 24 de junio de 1952, patrocinado por el Ayuntamiento de León. No fue un corro de inscripción libre, sino de invitación a los 16 mejores luchadores de ligeros y a los 8 más prestigiosos de pesados, quedando campeón en ligeros Eutiquiano Urdiales de Nava de los Caballeros y en pesados Mariano Yugueros de San Cipriano del Condado. A continuación se disputó el campeón de campeones, para decidir el trofeo del alcalde, luchando Eutiquiano Urdiales con Mariano Yugueros, empleándose con maña y conocimiento el de Nava de los Caballeros, derrotando a su rival entre el entusiasmo del público, que arrebatado por el éxito le sacarían del campo a hombros.

No queremos terminar sin resaltar su afición por la lucha y su ambición, yendo con Gaspar Tagarro a uno de los primeros corros en la capital leonesa, pasaron por delante del escaparate donde estaba expuesta la bicicleta que se iba a entregar como premio al ganador, el joven Nano le dijo al señor Gaspar: «Esa bicicleta va a ser para mi». A lo que el señor Gaspar le contestó que no sería tan fácil. Finalmente, Nano acabó el día con la bicicleta en su poder, siendo uno de los premios que tenían más consideración, junto con el reloj de pulsera o el cinto de plata de campeón provincial.

Como parte del homenaje se ha preparado una exposición compuesta de fotografías, artículos de periódico y reportajes efectuados a los protagonistas de éste evento, que permanecerán expuestos para su visita en el edificio conocido como la panera sito en la misma localidad, Nava de los Caballeros. Decir del edificio que fue adquirido y restaurado por la Junta Vecinal con la colaboración del GAL de Riaño, Diputación Provincial y Asociación Cultural y Recreativa Valdeabril.