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El ‘Bala’ saca oro en Almadén

Valverde suma su segundo triunfo de etapa por delante de Sagan y Van Poppel.

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León

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CARLOS DE TORRES | ALMADÉN

Alejandro Valverde (Movistar) volvió a dar una exhibición de clase para imponerse en la octava etapa de La Vuelta, entre Linares y Almadén, de 195,1 kilómetros, en duelo con el triple campeón mundial eslovaco Peter Sagan, mientras que el francés Rudy Molard (Groupama) conservó el maillot rojo de líder.

‘El Bala’ fue el rey en el Parque Minero de Almadén, de donde sacó su segunda victoria en la presente edición con la clase y la capacidad de remate que le tiene encumbrado a los 38 años. En esta ocasión, el murciano fulminó en un exigente final en cuesta al maillot arcoíris Peter Sagan.

Un duelo entre grandes del pelotón como colofón a una jornada asfixiante por el calor y el alto ritmo del pelotón, que marcó una media de 42,4 kms/hora en las 4h.35.54 de rodaje entre Linares y Almadén, localidades hermanadas por su pasado minero.

El zarpazo de Valverde, que ganó sus primeras etapas en la Vuelta en 2003, le permitió arañar 10 segundos de bonificación que le acercaron a 37 segundos de Molard, que sigue aferrado a la camiseta roja. El alemán Emanuel Buchmann (Bora) es tercero a 48 segundos y en un minuto se encuentran los favoritos de La Vuelta, todos agazapados ante el primer final de categoría especial en La Covatilla, donde se caerán algunas caretas.

Una victoria inesperada de Valverde, quien por la mañana decía «hoy no», pero en un final en cuesta no podía mirar para otro lado. Era una mina con riqueza a su alcance y el reto en plena batalla era ‘merendarse’ al campeón del mundo, a todo un Sagan. Y ‘El Imbatido’, el corredor que gana todo desde los 9 años, sacó el látigo para repetir la escena de la gloria por enésima vez. No tardó en formarse la fuga de turno, con el portugués Machado (Katusha), Cubero (Burgos-BH) y Sáez (Euskadi-Murias). Nadie se inmutó, les dejaron soñar con diferencias superiores a los 12 minutos.

Los modestos pocas veces tienen licencia para soñar. Los equipos de los cazaetapas, que no de los esprinters puros, tomaron medidas para echar abajo la aventura, lo que se concretó a 6 kilómetros de meta.

Comenzaba otra etapa con el asalto a la meta instalada junto al Parque Minero de Almadén. Ya no hay mercurio en Almadén, pero en la meta se iba a jugar una victoria de oro. Por eso tensó el Lotto Jumbo, lo buscó el Bora con ganas. Sagan quería lucir con orgullo el maillot arcoíris y atacó al español. Pero el ‘Bala’ nunca muere, como los viejos rockeros. Contestó al ataque del eslovaco con un remate demoledor. Y claro, ganó.