España mete goles... y miedo
RODRIGO ERRASTI | ELCHE
Si uno mira los resultados de esta nueva Liga de Naciones puede llegar a deducir que España ha cambiado radicalmente en sólo cuatro días. Los que van del sábado en Wembley al martes en Elche, en este segundo también con triunfo frente a Croacia (6-0). Dos victorias ante selecciones que ilusionaron a su afición durante el Mundial en la segunda semana de julio, días después de que España hubiese regresado con la moral hundida tras involucionar en Rusia hasta terminar sumando pases sin sentidos ante el anfitrión, quizá el más flojo desde Estados Unidos 1994.
Aquel día la España irrepetible, con Iniesta como último bastión del juego de tiqui taca alrededor del añorado Xavi, firmó su defunción de la mano del interino Hierro. Luis Enrique llegó al rescate, sabiendo que no contaría ni con Piqué ni con Silva, para afrontar una evolución del modelo, algo que había iniciado con éxito Lopetegui en 2016 aunque no pudo llegó a testar en verano debido a lo sucedido en Krasnodar tras su fichaje por el Real Madrid.
El asturiano ha logrado, en una semana, que la selección sea más vertical, que el juego sea algo más vertiginoso sin renunciar a la posesión de balón. En estas victorias ha sido decisiva la pegada de los más jóvenes, que vienen pisando fuerte como Saúl o Asensio, de 23 y 22 años. Uno llegando desde atrás y el otro disparando desde lejos, dos conceptos muy básicos pero que no se vieron en la pasada Copa del Mundo. Tampoco el ritmo y la intensidad demostrada en estas 96 horas.
Cuando España se puso por delante en Elche siguió buscando la meta rival. Sin hacer un partido redondo, goleó a la irreconocible subcampeona del mundo. Sin guerreros como Corluka o Mandzukic pareció una selección menor ante La Roja, llevada en volandas por el ímpetu de las dos estrellas del Europeo de Polonia del año pasado. Se confirma que hay relevo. El centrocampista, una versión mejorada del actual seleccionador, es el hombre que mezcla en un equipo que sufrió en el inicio para sacar la pelota por la presión alta de Croacia. España superaba líneas al primer toque aunque arriesgaba en exceso. Así, en un error de Busquets generó que Rakitic asustase de lejos con un disparo que rozó el palo.
España proponía intercambio de golpes y pudo costarle caro aunque Carvajal cerró rápido y evitó el disparo de Perisic dentro del área para que De Gea evitase el córner. En esa carrera se rompió el exlateral del Atlético y Croacia se descosió. En un buen cambio de juego de Ramos, Carvajal controló la pelota para mandarla al área donde entró como un avión Saúl para cabecear a la red como un ariete puro. Diez años antes el ídolo ilicitano estaba en la grada de ese estadio que le adora viendo la victoria de España a Italia antes de la Eurocopa de 2008 que cambió todo. La picó al suelo, imposible para un Kalinic que no sabía la pesadilla que le esperaba en su primer día como sustituto del héroe Subasic. Asensio, que parece haber encontrado en la derecha un hueco para meterse hacia dentro, asestó dos zurdazos a la red. El primero tras un error de combinación de Kovavic y después otro que pegó en el palo y en la espalda del meta. Además asistió en otros tres tantos. España no llegaba al descanso con tres de ventaja desde 1999 e incluso Rodrigo pudo poner el cuarto antes del intermedio. Ver para creer.
Y al regresar de la caseta, llegó el 4-0 con cuatro pases verticales: De Gea a Nacho, éste a Saúl que combinó con Asensio para que encontrase al espacio a Rodrigo, que fusiló entre las piernas de Kalinic. Esta España es más directa, con un Gayà que se animó con las subidas por banda viendo que Rog no se acopló como sustituto de Vrsaljko. Viendo que Croacia se marchitaba y ya no le ponía en problemas con la presión alta, la selección empezó a disfrutar jugando sencillo. Incluso acertó de nuevo a balón parado, como en Wembley. Ramos marcó en un córner para convertirse en el defensa más goleador de la selección. La ambición del capitán, que ya ve cerca el récord de partidos de Casillas, no parece tener límites. Croacia, humillada Luis Enrique optó por probar a jugar sin Busquets, dando la alternativa a su sustituto natural: Rodri. El público empezó a hacer ‘olés’ y el técnico se cabreó porque Ceballos e Isco empezaron a adornarse. El Martínez Valero disfrutaba. Croacia estaba tocada. Ni siquiera provocaba faltas y encajó el sexto tras revolverse Isco dentro del área sin oposición tras un balón de Asensio entre las piernas de un rival.