Oro de ley para Ferreras y Castro Pinos

migueL ángel tranca | lEón

España recuperó su cetro mundial de salmónidos mosca. Lo hizo en Italia y con dos nombres propios, los de los leoneses David García Ferreras y Pablo Castro Pinos. El primero además con el éxito añadido de colgarse la medalla de oro a nivel individual. Y todo en un campeonato que ayer bajaba el telón en Val di Sole con una recta final intensa en la que la delegación española lograba aguantar la reacción italiana y especialmente la checa para coronarse por tercera vez en su historia campeona mundial en este disciplina de la caña.

Lo hacía tras dominar en todas las jornadas y después de demostrar que su reto de apostar por lo máximo tenía una base sólida. La de los siete integrantes de un equipo que supo mostrar sus cartas y hacer frente a escenarios menos propicios que los ríos como el lago para sumar el tercer título de la historia que sabe a gloria y que también hace entrar a Castro Pinos en la nómina de elegidos ya que el leonés ha sido protagonista de esos tres entorchados.

Y todo en una jornada espectacular que comenzaba con España liderando la general por equipos con 21 puestos de ventaja en la suma de resultados de sus integrantes respecto a Italia con la República Checa y Francia al acecho. La jornada matinal no fue muy propicia y eso llevó a que los anfitriones y en especial los checos se acercaran con mucho peligro llegando los transalpinos a igualar con los hispanos.

La nota más positiva la protagonizaba García Ferreras, el leonés que con sus resultados se había aupado a la tercera posición en la clasificación individual a un solo puesto del finlandés Jordi Hiltunen y empatado con el esloveno Osolin y el eslovaco Lukasik.

A falta de una manga para cada uno de los protagonistas todo estaba por decidir. Tanto la general por equipos como la individual presentaban a un buen número de candidatos a saborear el pastel más notorio del Mundial. Y ahí España con García Ferreras y Castro Pinos sacaba a relucir toda su calidad. Los dos leoneses junto a sus compañeros Jordi Oliveras, David Arcay e Iñaki Muñoz (en las anteriores tandas Francisco Llamas había demostrado también sus altas prestaciones) ponían la directa para no sólo resistir los envites de sus más directos rivales, también para poner tierra de por medio y asegurarse la corona con un total de 182 puestos, siete menos que la República Checa que de menos a más lograba auparse a la segunda posición por delante de Italia que con 194 cerraba el cuadro de honor. Tras los tres mosqueteros del Mundial, Estados Unidos, Finlandia y la campeona hasta ayer Francia que a diferencia de los checos firmaba un torneo de más a menos.

España cerraba así una competición sobresaliente que tiene un marcado acento leonés ya que además de la contribución decisiva de García Ferreras y Castro Pinos, dos amigos y ‘hermanos’ de afición, también situaba al segundo en lo más alto del podio individual en una jornada del viernes que empezaba acariciando el cuadro de honor para entrar de lleno en la puja por las medallas tras la sesión matutina y acceder al lugar de mayor privilegio en la vespertina. Sus 19 puestos totales lo situaban como nuevo campeón del mundo por delante del finlandés Hiltunen con 21 y el italiano Andrea Pirone con 24. El también español Jordi Oliveras acababa quinto y David Arcay el 13. Un poco más atrás un también brillante Castro Pinos.