Sevilla 3 Real Madrid 0 André Silva y Ben Yedder firman la derrota de los de Lopetegui en un partido que no acaba Marcelo por lesión
El Madrid se atasca en Sevilla
ÓSCAR BELLOT | SEVILLA
Nervión volvió a poner una cruz en el camino del Real Madrid, que sumó su cuarta derrota consecutiva liguera en el feudo hispalense y dejó pasar la oportunidad de colocarse líder que le había servido el Barça con su fiasco en Butarque. Dos tantos de André Silva y otro de Ben Yedder en una primera parte memorable de los pupilos de Machín sepultaron al cuadro de la capital española (3-0), desbordado en todo momento por un equipo que tuvo en la cascada de goles el justo premio a su mejor propuesta y mayor intensidad, además de un merecido castigo a un conjunto en el que no hubo atisbos del espíritu.
Desangelado y sin rastro del propósito comunitario que venía alumbrándole desde el inicio de la temporada, el Real Madrid compareció destensado, como si la derrota del vigente campeón aminorase la presión sobre los pupilos de Julen Lopetegui. De coral, esta vez, sólo tuvo la vestimenta que lució. Todo lo contrario que el Sevilla que, espoleado por sus dos recientes goleadas y con un dibujo cada vez más asentado, interiorizadas las lecciones que dejó la dura derrota ante el Getafe, le dio un repaso de los de toma pan y moja.
El Sevilla entró con brío y el Madrid, encajonado, quedó hecho un guiñapo, para pasmo de un incrédulo Lopetegui. Propinó pronto el tortazo inicial la escuadra andaluza. Entregó mal Marcelo una bola a Casemiro, robó el Sevilla en tres cuartos y aprovechó el boquete que había dejado el brasileño a su espalda. Por allí incursionó Navas sin que el zurdo, en su enésimo enfrentamiento con el palaciego, acudiese a tiempo al repliegue. A placer, el andaluz sirvió atrás para que André Silva batiese a Courtois. Mismos protagonistas en el primer gol que en el segundo, nacido en esta ocasión de un córner botado por el Real Madrid que el Sevilla acabó convirtiendo en una contra de manual tras un servicio de Ben Yedder a Navas. Disparó duro el sevillano para que rechazase Courtois, que nada pudo ya hacer cuando el cuero fue a las botas de André Silva. En cuatro minutos, Machín replicó el infierno que ya consumió al Madrid un año atrás en la visita al Motilivi de su por entonces Girona. Allí comenzó a diluirse definitivamente el anhelo capitalino de revalidar el título de Liga. El cuadro de Lopetegui precisaba de una machada para rendir el estadio de sus peores pesadillas. Pero Bale era el único con arrestos para insubordinarse ante la tiranía táctica de Machín, con un disparo a la madera.
La misma que besó un tiro de Franco Vázquez a pase de Sarabia tras otro error merengue, esta vez de Kroos. Donde marró el argentino, atinó Ben Yedder, que recogió un servicio con la testa del mediapunta en una pugna con Marcelo para fusilar a Courtois. Le faltó de nuevo empuje al brasileño, reflejo de un equipo superado en todas las facetas y que amagaba con hecatombe de proporciones mayúsculas. Más que una remontada quimérica, para el Madrid era ya asunto de no emborronar aún más su imagen. Apenas un lavado de cara, ya que ni Modric, con un tanto que no concedió el VAR por fuera de juego, ni Bale, negado por una brillante intervención de Vaclík, pudieron levantar a una escuadra que acabó con diez por la lesión de Marcelo cuando el vasco ya había agotado sus cambios.