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«Tras este desafío en 2019 afrontaremos otro»

Víctor Díez Arce culmina en Asturias el reto de 137 kilómetros Meseta-Mar en el que también brilla su compañero Santiago García El trayecto, 30 horas y 52 minutos .

Víctor y Santiago en el mirador del Tombo (izquierda), Víctor en la primera subida del Cuera (Centro) y avituallamiento de Caín vendando el tobillo (derecha). DL/JAVIER VILLALBA

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León

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M. ÁNGEL TRANCA | LeÓN

Reto completado. Con esa frase culminaba el leonés Víctor Díez Arce el Desafío Meseta-Mar que junto a su amigo Santiago García iniciaban a las puertas del instituto Vadinia de Cistierna y finalizaba en la playa del Sablón (Llanes). Allí llegaba Víctor tras superar 137 duros kilómetros en un escenario eminentemente montañoso junto a su cuñado que quiso arroparle en los últimos 20 kilómetros («Se compró unas zapatillas para acompañarme en ese tramo final y que no lo hiciera solo», apunta). Lo hizo tras no poder hacerlo Santiago, atleta con el que había comenzado el desafío Víctor pero que a falta de 19 kilómetros se veía obligado a abandonar tras arrastrar desde el 38 problemas en sus pies que, a pesar de su pundonor le impidieron llegar a la playa asturiana como deseaba.

Para Víctor, «el no poder llegar con Santiago fue lo peor. Pero tendremos más oportunidades para llegar de la mano en nuevos retos», apuntaba satisfecho de haber hecho realidad un sueño que nacía hace unos meses como amantes de la montaña y el atletismo y que contaba también con la ayuda inestimable de otros siete amigos, encargados de los avituallamientos y de prestar la ayuda necesaria.

Víctor (25 años) y Santiago (27) lo tenían claro. Su deseo de unir a través de una ruta de montaña la Cordillera Cantábrica de sur a norte era posible. Y ellos querían ser sus protagonistas. Esbozando un trazado exigente y a la vez espectacular ambos acometían un sueño que «ha supuesto para nosotros mucho. Poder disfrutar de la montaña a pesar de su exigencia y del atletismo ha sido algo único e irrepetible» apunta Víctor que apenas unos días después de superar el desafío (30 horas y 52 minutos en acometerlo) ya piensa en otros propósitos en los que estará Santiago.

«Cuando preparas algo quieres que salga de la mejor manera posible. En nuestro caso contamos con la ayuda de nuestros amigos, algo que ha resultado esencial», remarca Víctor Díez que junto a Santiago iniciaba el reto desde Cistierna. Por delante, entre otros, su querido Pico Peñacorada, Argovejo, Las Salas, Liegos, los puertos Pontón y Panderrueda, Posada de Valdeón y el Pico Calvieyu para acabar en la playa del Sablón en Llanes. Allí respiraba satisfecho a pesar del cansancio fruto de una exigente travesía en la que el tiempo para el descanso fue casi inexistente. Sólo en los avituallamientos ambos podían reponer fuerzas sin tener que correr (tuvieron cuatro por delante: Crémenes, Liegos, Panderrueda y Arenas de Cabrales).

El resto superar obstáculos y un terreno duro que en cuanto a desnivel acumulado llegó a superar los 11.000 metros. Para ambos valió la pena. También para los que apoyaron un sueño que con 137 kilómetros por delante acabó en buen puerto, en este caso en la playa asturiana de Sablón.

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