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El delantero del Barça Luis Suárez celebra uno de sus tres goles ante el Real Madrid. TONI ALBIR

El delantero del Barça Luis Suárez celebra uno de sus tres goles ante el Real Madrid. TONI ALBIR

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Francisco Ávila | Barcelona

El Barcelona atropelló al Real Madrid con un inapelable 5-1 y un triplete de Luis Suárez, con lo que pone en el disparadero a Julen Lopetegui y deja a los blancos a siete puntos de la cabeza.

Fue un clásico bipolar, con un dominio absoluto de los azulgranas en el primer tiempo (2-0), una buena reacción en los primeros 25 minutos de la segunda parte del Real Madrid (2-1), pero que decidió el Barça gracias a la calidad de sus delanteros, especialmente de Luis Suárez, que ha tomado las riendas en ataque en ausencia de Leo Messi, que se ha perdido los tres últimos partidos por lesión.

De salida, un Barcelona muy serio desarboló a un triste Real Madrid, sin respuestas, y que nunca tuvo el ánimo ni los recursos para plantarle cara a los azulgranas.

Fiados a las contras, como si de un equipo menor se tratara, el conjunto de Lopetegui erró el diagnóstico frente a un rival que sabía a lo que jugaba, que volvió a ser muy intenso y que firmó nuevamente una actuación coral.

Desnudó al Real Madrid desde la profundidad de sus carrileros, especialmente de Alba, que fue determinante en los dos primeros goles.

Los azulgranas eran los amos del balón y los de Lopetegui esperaban. Se sintieron muy cómodos con la posesión los de Valverde y supieron ver las autopistas que tenían Alba y Sergi Roberto por los carriles, sobre todo Alba, que fue el mejor atacante de los barcelonistas.

Pero pese a esa puesta en escena, la primera ocasión fue del Real Madrid, en una contra guiada por Bale que Benzema remató alto. En la siguiente acción, todo lo que se apuntaba teóricamente se plasmó sobre el campo. Habilitó Rakitic a Alba, que corrió al espacio y dio un centro retrasado para Coutinho. El brasileño colocó el balón junto al poste izquierdo de la meta de Courtois para el 1-0.

El tanto le hizo mucho daño al Real Madrid. Antes de la media hora, Alba volvió a ser decisivo. Infiltró un pase en el área, Luis Suárez estuvo más vivo que Varane y el francés derribó al uruguayo. La jugada continuó sin que el árbitro señalara nada, hasta que desde el control de videoarbitraje (VAR) le advirtieron y tuvo que verla repetida para señalar penalti.

Luis Suárez llevó el 2-0 al marcador y hasta el descanso tampoco hubo noticias del Real Madrid. Pero Julen Lopetegui reaccionó en el vestuario. Dejó fuera a Varane —Casemiro jugó de central en una línea de tres— y puso en juego a Lucas Vázquez, con este movimiento permitió a Isco entrar más en contacto con el balón, que Bale y Benzema se asociaran más y, sobre todo, que el Real Madrid tuviera superioridad numérica prácticamente en todas las líneas.

Y su equipo se transformó y en cinco minutos marcó el 2-1, después de una acción por la izquierda, un centro de Isco, un rechace de Lenglet y un remate de Marcelo que batió a Ter Stegen.

En los primeros nueve minutos del segundo tiempo, hasta cuatro remates se produjeron sobre la meta de Ter Stegen, el más peligroso, después del gol de Marcelo, por parte de Modric, que disparó al palo izquierdo en el minuto 56.

Quince minutos de presión absoluta del Madrid y de descontrol absoluto del Barcelona después de una gran lección táctica de Lopetegui. Cuando los azulgranas consiguieron sacarse de encima el agobio, a punto estuvieron de marcar el tercero.

El primer movimiento táctico de Valverde fue poner en juego a Semedo por un agotado Rafinha, el segundo la entrada de Dembélé por Coutinho y el técnico azulgrana le dio la vuelta a la situación.

En la siguiente jugada, la primera arrancada de Dembélé descolocó al Real Madrid, el balón llegó a Sergi Roberto y el centro a Luis Suárez que con un prodigioso giro de cuello puso el balón lejos del alcance de Courtois.

Ahí acabó el partido para el Madrid. Lopetegui puso en juego a Asensio y a Mariano, por Bale y Marcelo, que acabó el partido lesionado y el Barcelona olió la sangre e incrementó la cuenta por medio de Luis Suárez (4-1), tras un error de Sergio Ramos y una asistencia de Sergi Roberto; y cerró el partido con un tanto de Arturo Vidal tras un centro de Dembelé (5-1).

El Barça recupera el liderato y deja herido de muerte al Real Madrid y a su entrenador, que podría tener las horas contadas.

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