Referente, apasionado... y no sólo por los coches

El ‘10’ a la espalda… No tanto el número, cuanto por lo que de significativo tienen los guarismos en la consecución de metas… y resultados. Cinco décadas —‘algo’ largas—, tres de ellas dedicadas, en cuerpo y alma… al automóvil: Alfonso García García —«no queremos complicar a nadie»—

Manos que ‘hablan’, sonrisa contagiosa, cabeza que no para —nunca—, como el teléfono repiqueteando en el ‘templo acristalado’, donde peregrinan ‘Alautistas’… convencidos. El ‘10’ a la espalda —‘La Mareona’—, el ‘rosso corsa’ en el corazón —‘Il Cavallino’— y en un jersey de evocadora deportividad.

Cuando se deshumanizan las relaciones, en época de ‘Yoismo’, resulta profundamente saludable cruzarse con Alfonso… «nos sentimos cariñosamente reconocidos», afirma orgulloso ese chavalín que echó los dientes a pie de concesionario, a la sombra del progenitor, primero con Fiat —lo trasalpino siempre en el ‘cuore’—, a partir del 89 del XX con Alauto como bandera —Papalaguinda arriba, ¿recuerdan?—, el salto ‘europeo’ —por avenida de…— en el XXI (2006) y a partir de ahí, los ‘Alautistas’ que van «donde» Alfonso: «¿Qué coche tienes? No tengo un coche, tengo ‘un’ Alauto».

Los ‘Alautistas’ se convierten entonces en prescriptores —sostiene Alfonso—, «lo que más nos importa es el día después». Sonrisa franca, verbo fácil, irónico él: «Ahí va Alfonso —dicen—, no ‘aquel’ que me vendió un coche… que duró un cuarto de hora». «En el día después, está la clave». «Donde surge un contratiempo, nosotros vemos una oportunidad», pide mármol… la frase.

«Hola, amiguín, cómo estas tú. Cuéntame…» Y el ‘amiguín’, al otro lado de un teléfono que echa humo, le cuenta que —a lo mejor— quiere un coche, digo… ‘un’ Alauto, y a fe que acabará teniéndolo, llevándoselo a su cochera, disfrutándolo; treinta años después… «la cercanía» continúa siendo el mensaje: «Cuando bebas agua, recuerda la fuente» (a este paso, se nos van a quedar pequeños… los ‘mármoles’).

¿Y los diésel? Confusión extrema en un sector injustamente tratado.«Hoy los diésel ya no llevan claxon». «Me refiero —contundente Alfonso— a que hoy, desde hace ya años, los coches con motor de gasóleo han evolucionado tanto como para convertirse en auténticas joyas tecnológicas: confort acústico, prestaciones, consumo, recortada contaminación —con ‘todo’ lo que nos quieran vender en contra, afirma rotundo—; así que, lo dicho, que ya no llevan claxon. Los diésel nuevos son unos ‘santos’. Antes se les oía venir, ahora resulta difícil distinguirlos de un gasolina». Y lo dice un defensor acérrimo de «los» gasolina: «Gasolina, sí. Aunque sin ‘despreciar’ al diésel».

¿Y el mercado? Bonificaciones directas para ayudar a la compra.

«Realmente, no ha habido tantas ayudas. Descuentos directos es lo que demanda —de verdad— el mercado. Hoy, mayormente, se siguen financiando los coches… por los bancos». «Hace seis años, León suponía el 1,20% del mercado nacional; hoy, sólo el 0,48%, de ahí que los vendedores hagamos auténticos milagros».

Y la conversación —el encuentro— que sigue por derroteros tan sugestivos como ‘el camino’ hacia el coche eléctrico: «Nos quieren llevar por ‘ese’ carrilín, hay que contar con las infraestructuras, mientras más del 60% del parque tiene más de doce años de antigüedad; todavía no nos han enseñado el prospecto’, y las baterías, ¿de dónde vienen y a dónde van? —en el reciclado, se entiende—; pues eso, que todavía no tenemos claro ‘el prospecto’; nos ponen el ‘cebo’… y poco más».

Ferrarista hasta la médula . Sugestión F430. Datado en 2009, joya de Marello —una de tantas—, campando por sus respetos —muchos— en las instalaciones ‘europeas’ de Alauto; rondando el medio millar de caballos el V8 (490… para los ‘puristas’), ‘ronroneando’ cobijado en la cristalera; atesorada, remitida desde Maranello, firmada la enmarcada misiva por el mismísimo Luca de Montezemolo, de ‘caro García’ tilda el histórico dirigente a nuestro protagonista: «Grazie per la bella coperta che ho ricevuto con piacere […] con molta cordialità»; ahí queda eso…

Cinco décadas —‘algo’ largas—, tres de ellas dedicadas, en cuerpo y alma… al automóvil: Alfonso ‘de’ Alauto.

‘Creyente’, tanto como optimista. ‘Devoto’ del automóvil y sus libertades. ‘Ferrarista’ impenitente, corredor de fondo… ‘sprinter’ en los metros finales; mágicamente irónico, ‘cabecina’ trabajadora… apasionado.

Pido un taxi… y viene un ‘Alauto’, de ‘carreras’: impoluto BMW Serie 3 GT, a punto estuve de enarbolar ‘la ajedrezada’… no les digo más.