Un empate que cuesta muy caro
Juanjo Fernández intenta superar a Langaas. FERNANDO OTERO
Sergio C. Anuncibay | León
La despedida de Europa dejó un sabor amargo en el Abanca Ademar, que acabó el partido con el corazón en un puño por la lesión de Juanjo Fernández. Otra vez el maldito hombro le ha pasado factura al lateral, que siempre va al límite en cada una de las acciones. Sufrió un fuerte golpe cuando intentó rescatar un balón que se iba fuera a poco más de un minuto del final. Ahora tendrán que hacerle las pruebas médicas para saber cómo de dañada está la articulación.
Aunque no había nada en juego, los leoneses dieron una lección de entrega ante un Elverum que rescató un punto sobre la bocina (24-24). El gol de Gudjonsson, sin tiempo para la réplica, frustró el pleno de triunfos del equipo entrenado por Guijosa en el Palacio. El Abanca Ademar acaba la fase de grupos en la cuarta plaza, a solo dos puntos del Dinamo de Bucarest y Wisla Plock, que avanzan a la siguiente ronda del torneo continental.
El encuentro de ayer tuvo poco de amistoso, a pesar de que los dos contrincantes llegaban a la última jornada sin opciones. Mario López y Fede Vieyra, por el flanco izquierdo, dieron al Ademar la primera ventaja, pero el conjunto noruego, al que también le gusta el vértigo, se apoyó en los lanzamientos de Pettersen y Langaas para equilibrar el duelo.
Un parcial de 5-1 en seis minutos abriría después una pequeña brecha (10-7) que Michael Apelgren corrigió desde el banquillo. Dos goles seguidos de Sandell y un latigazo de Pettersen devolvieron la ventaja al Elverum (10-11), hasta que Acacio tomó la responsabilidad en el ataque leonés y Biosca echó el cerrojo a la portería. El brasileño solucionó los problemas que acusaba el equipo en estático para poner a los de Guijosa por delante (14-13) antes de enfilar el túnel de vestuarios.
La falta de acierto en los lanzamientos y las pérdidas de balón tras el descanso precipitaron una oleada de contraataques del equipo nórdico en el segundo asalto. El Elverum impuso un ritmo muy alto y a falta de un cuarto de hora ganaba de tres goles (18-21).
Entonces llegó la reacción de un Abanca Ademar que tiró de garra. Un tanto de Juanjo desde los siete metros y varias intervenciones de Slavic permitieron al bloque leonés afrontar en igualdad el último tramo del compromiso. Acacio, de nuevo, volvió loca a la defensa noruega y un lanzamiento suyo supuso el empate a 23 cuando apenas faltaban tres minutos para la conclusión. Una nueva parada del serbio a Frederiksen y un gol de Jaime dieron la vuelta al choque (24-23). En la acción siguiente llegó la desafortunada lesión de Juanjo, el fallo de Vieyra y el contragolpe letal de Gudjonssen para firmar un empate que deja un sabor amargo.
