LUCHA CON EL ORDENADOR
River-Boca: seis horas de odisea para comprar una entrada
La web de la Conmembol seguía este miércoles sacando localidades a cuentogotas para la final del Bernabéu pero conseguirla era una faena de fortuna, paciencia y empeño
Harta está Paola Farias y todo sus ayudantes, repartidos en diversos puntos del mundo, incluso en Israel, de marcar fotos de autobuses, bocas de incendio, bicicletas, coches y pasos de peatones que aparecen una y otra vez en la web oficial de la Conmenbol, la confederación del fútbol suramericano, para demostrar que quien está al otro lado del ordenador, la tableta o el móvil es un ser humano y no un maldito robot.
Paola Farias es la presidente de la peña de Boca Juniors en Andorra, donde existe, sobre todo por cuestiones del esquí, una amplia colonia de argentinos. Ellos llevan dos días tratando de encontrar las entradas necesarias para que ninguno de ellos se quede en tierra y no pueda sentir el cosquilleo de verse protagonistas de un partido que nunca imaginaron que podía jugarse en el Santiago Bernabéu. Los tíquets solo se pueden adquirir a través de la Conmenbol.
LA PELEA CON EL ORDENADOR
Hay localidades, pero para conseguirlas es necesario llenarse de paciencia y concienciarse de que será necesario probar una y otra vez, leer una y otra vez el mensaje de que no ha habido suerte y pasarse varios minutos marcando fotos de autobuses antes de volver a intentar comprar una entrada. Seis horas necesitó un periodista de este diario el pasado martes hasta lograr, tras interminables peleas contra el inexistente robot, un asiento en la zona sur del Bernabéu, allá donde estará la hinchada de Boca y, por supuesto, Paola Faria y sus amigos de Boca que viven en Andorra y también en Cataluña.
"Ya hemos llenado un autocar de hinchas de Boca que salimos desde Andorra, nos uniremos con otros cinco que parten desde diversos puntos de Catalunya. También nos acompañan seguidores de nuestro equipo del sur de Francia. Va a ser una locura", cuenta Farias, la misma que salió del hospital, todavía con drenajes, para ver en un local andorrano el partido de ida jugado en La Bombonera a los cuatro días de una operación de apendicitis.
LA FORTUNA DE ISRAEL
Ella ha sufrido la misma experiencia que este periodista en la pelea con la web de la Conmembol para adquirir un boleto para el partido, aunque con un esquema mucho más profesionalizado. "El martes teníamos hinchas de Boca con sus ordenadores en diversos puntos de Andorra, Catalunya, Francia e Israel probando de adquirir entradas, las que salían a cuentagotas, a veces dos, a veces tres, cinco. Al final, los compañeros de Israel, no sé por qué razón, tenían más fácil acceder a la web e iban comprando entradas. Pero todas debían ser en la zona sur del campo, ya que en el sector norte están los hinchas de River. Nosotros vamos a ser la mitad más uno".
En efecto; fue toda una batalla contra el robot, las fotos y la fortuna hasta que el sistema daba el Ok a la tarjeta de crédito. Bendita sea la entrada.