FÚTBOL | SEGUNDA DIVISIÓN B
La cúpula exige esfuerzo, unidad y paciencia
Llamazares reclama «optimismo» e Ignacio Álvarez «dar el máximo».
PABLO RIOJA | LEÓN
«Estamos construyendo un gran proyecto con mucho rigor, organización y sobre todo con paciencia», recuerda un Felipe Llamazares consciente de la presión que vive la Cultural en una temporada «difícil» cuyo único horizonte posible es reconquistar la Segunda División. El director general de la entidad leonesa se mostró «optimista» en la cena navideña que el club celebraba el pasado martes en el Hotel Infantas de León. «El pesimista se queja del viento mientras que el optimista ajusta las velas. La familia culturalista tiene que ajustar las velas porque las quejas debilitan», dijo durante su intervención ante jugadores, cuerpo técnico, directivos y medios de comunicación.
Un mensaje dirigido, sobre todo, a la masa social que respalda al club, decepcionada —en su mayoría— con la pobre imagen que están mostrando los del Víctor Cea en esta primera parte de la temporada. Lejos de negar la evidencia, Llamazares reconoció que «está costando» alzar el vuelo después del bofetón de realidad que supuso el descenso a los infiernos de Segunda B. Pero prefirió quitarle hierro al deporte rey en un intento por apaciguar la creciente crispación que ha conquistado el Reino en las últimas jornadas. «En septiembre dije que iniciábamos un camino que dura 10 meses, que lo importante no es la meta si no cada etapa. Hay que ser conscientes de que habrá dificultades porque el deporte es complicado. Nos está costando, pero aquí es donde tiene que salir la familia».
Porque el fútbol —prosiguió el mandatario— «es menos relevante de lo que se interpreta, mucho más sencillo. No nos va la vida en ello, hay cosas más importantes. Para construir cualquier proyecto hay que tener paciencia».
Más autocrítico y exigente se mostró Ignacio Álvarez. El consejero delegado de la Cultural invitó a todos los estamentos del club a que cada uno piense «qué más puede hacer» para que «colectivamente todos salgamos reforzados».
«Podríamos mirar alrededor y ver qué pueden hacer mejor los demás, pero esa forma de pensar nunca nos va a llevar a dar el máximo colectivamente. Ese máximo no vendrá de que nos lo pida nadie sino de un convencimiento de que merece la pena darlo todo por la Cultural. Sería la peor de las frustraciones que al final de la temporada no hubiéramos logrado el objetivo porque no lo dimos todo. Sin el granito de arena de cada uno no se conseguirá nada. Ojalá podamos celebrar en unos meses que logramos el objetivo», deseó Álvarez antes de concluir su intervención. Una velada donde las palabras ‘paciencia’, ‘unidad’ y ‘esfuerzo’ calaron entre todos los miembros de la plantilla y también en un Víctor Cea que vuelve a ganarse una vida extra más.