BALONMANO
El Hermano Tomás será de bronce
El escultor Amancio González realizará el busto del religioso, una figura clave dentro del balonmano La idea partió del Ademar, que busca la colaboración de los leoneses.
Sergio C. Anuncibay | León
Un busto de bronce reconocerá todo lo que ha hecho por el balonmano el Hermano Tomás durante los sesenta años que ha estado en León. El escultor Amancio González será el encargado de dar forma a una obra que cuando esté terminada se colocará en las inmediaciones del Colegio Marista San José, donde otrora prendió la pasión por este deporte.
La idea surgió hace meses en el seno del CB Ademar y cuenta con el respaldo de los socios y del principal patrocinador, Abanca. En principio, la escultura podría estar terminada en un mes, según desveló ayer el propio Amancio González, que afronta el proceso con «mucho orgullo» al tratarse de una «persona tan querida», pero también como un reto «complejo». Apuntó durante la presentación en la Galería de Arte Ármaga que «espera estar a la altura».
Desde el Ademar pretenden que el busto sea un «homenaje» de toda la ciudad a una figura clave en la historia del balonmano leonés. Por eso han abierto una cuenta en la entidad Abanca (ES36 2080 0910 7130 4008 3704) para que todas las personas que lo deseen aporten su granito de arena y se pueda sufragar la escultura del Hermano Tomás, «muy agradecido» ante una muestra de cariño como esta. «No lo esperaba. Es fruto del cariño, el amor y el recuerdo», subrayó. «Gracias de corazón porque voy a quedar plasmado en una calle», insistió el Hermano Tomás, que repasó fugazmente su trayectoria en la ciudad y se acordó de cuando aterrizó en León, allá por 1953, y de esos primeros juegos escolares que le hicieron un apasionado del deporte. Baloncesto, voleibol y, sobre todo, balonmano.
Cambió la sotana por el chándal y convirtió el patio del colegio en una cantera de futuras estrellas. Por allí pasaron Cabanas, García Vega, Castresana, Pérez Marne, Ávila, Juanín, Raúl, Sancho... Utilizó el deporte como herramienta educativa porque «es el mejor medio de salvación para la juventud». Por eso cree que los padres deberían obligar a sus hijos a practicarlo.
Hasta hace nada él seguía al frente del conjunto infantil de los Maristas. Cientos de chavales pasaron por su aula. Ahora ha llegado el momento de devolverle todos esos años de dedicación. Una escultura en bronce junto al colegio hará que la huella del Hermano Tomás sea imborrable.