A reafirmar la línea ascendente
D oce son las jornadas que restan para dar la vuelta a una trayectoria con muchos altibajos por parte de Cultural y Ponferradina. Los dos equipos fuera de los puestos de promoción, aunque a una mínima distancia y muchos rivales para cuatro puestos. En estas circunstancias cada partido a disputar vale su precio en oro.
La Cultural rompió esa racha de empates con una victoria sin grandes agobios, aunque algo ajetreada en el devenir de los acontecimientos. En lo meramente deportivo, este triunfo permite estar a un punto de esa ansiada promoción, debiendo consolidarse en tierras madrileñas de Navalcarnero con la consecución de los tres puntos. La situación en la clasificación no es ningún medidor, que permite ir con más o menos confianza. A estas alturas cualquier rival se está jugando algo, y el terreno de juego es juez y parte de lo que sucede, por lo que hay que poner todos los sentidos para lograr el objetivo. Experiencias cercanas ya tienen la plantilla y el cuerpo técnico, por lo que no se deben cometer los mismos errores. Una nueva oportunidad para certificar que la recuperación no es un momento pasajero, sí no una realidad duradera, para que la afición pueda volver a soñar con esa verdadera ilusión, enchufando el culturalismo a toda la ciudad.
La Ponferradina no termina de resolver sus ocasiones en los últimos partidos, perdiendo demasiados puntos que le han sacado de las posiciones de privilegio, encendiendo la alarma en los ambientes bercianos. La distancia sí bien es corta, dos son los puntos que separan esa línea del éxito o el fracaso. Hoy en casa ante un rival como el Pontevedra no se puede fallar. Sí se quiere estar arriba y lograr lo previsto, en estos partidos se debe demostrar el potencial, porque las excusas son de épocas pasadas y la realidad es la que cuenta.