Liga de Campeones
El Atlético claudica ante Ronaldo (3-0)
Tres goles del portugués dejan en nada el sufrimiento de un Atlético que aguantó vivo en la eliminatoria hasta el final
El mejor equipo defensivo de Europa sufrió como nunca con los balones aéreos ante un Ronaldo circunscrito al área para buscar cabezazos. Así consiguió encarrilar una eliminatoria que sentenció desde el punto de penalti ante un Atlético irreconocible, al que le bastaba un gol para sentenciar la eliminatoria, pero que no consiguió ni una ocasión de peligro.
El Atlético sacrificó la producción ofensiva en favor de una solvencia en la retaguardia que, casi por primera vez en la etapa Simeone, no le resultó. Se esperaba alguna sorpresa del tacticista Allegri que, sin llegar a ser tal, si transformó su equipo respecto a la ida: con un centro del campo más robusto para proyectar a sus laterales en ataque, sobre todo a un ofensivo Cancelo, y ganar presencia en la franja central con los jugadores que partían desde la banda.
El inicio fue un acoso y derribo juventino incandescente, con gol anulado a Chiellini al tercer minuto incluido, que no se detuvo hasta el final. Pjanic gobernó el partido y lo dirigió hacia un dominio pleno de la Juventus, pero si hay un equipo en Europa que sabe sufrir es el Atlético de Simeone, pese a que el argentino tuvo que renunciar, ante las bajas, a sus cuatro centrocampistas. Griezmann destacó más en la contención que en la producción y Lemar no aportó la profundidad que requería el partido.
La tensión era inevitable, pero los problemas reales no llegaron para el Atlético hasta que, tras una pérdida con el equipo saliendo al ataque, se encontró repentinamente con un gol en contra. Bernardeschi encontró a Ronaldo en el segundo palo, a la espalda de Juanfran, con la defensa reculando y, entre jaleos a la grada, comenzó la remontada.
Con el impulso del gol, el entusiasmo local se tornó algo inabarcable para un Atlético que comenzó a sufrir, con muy poco bagaje ofensivo y con las líneas defensivas al borde del colapso. Era el mejor momento de la Juve en la eliminatoria, pero el Atlético respondió con agresividad en la presión y las primeras posesiones largas de balón.
El segundo tiempo comenzó con otro cabezazo de Ronaldo que dejó desconcertado a Simeone y a todo el Atlético, que se vio salvado con una mano de Oblak que sacó el remate del portugués desde dentro de su portería por milímetros.
Con la eliminatoria empatada, la Juventus se encomendó a los centros laterales, su arma más productiva, para desarmar a los rojiblancos, que transitaban por el partido sin la presencia mínima en ataque como para ni siquiera atisbar un gol que casi resolvía la eliminatoria, tampoco cuando entró Correa por un desafortunado Lemar.
El Atlético confirmó su tortuosa tendencia en el partido, con una incomodidad permanente, con un sufrimiento poco habitual en defensa pero, sobre todo, con una desaparición estrepitosa en el área rival.
Allegri recurrió al revulsivo Dybala pero, entre el lío táctico en la zaga local, el Atlético se fue arriba, ganó posesión y presencia en campo rival, pero los espacios comenzaron a reproducirse para los locales.
La eliminatoria estaba en un brete cuando el Atlético, que no aprovechó la espalda rival cuando la Juve se tuvo que exponer, empezó a encontrar la sensibilidad perdida con el balón, sin ninguna ocasión clara, pero el peligro de la Juve era evidente. No acertó el joven Kean, si lo hizo, de nuevo, Cristiano Ronaldo.
El portugués hizo el tercer gol tras un penalti de Correa, que persiguió a Bernardeschi por medio campo, hasta que el italiano entró en el área y cayó derribado. Ni siquiera en el arreón final, cegados por la necesidad, los pupilos de Simeone encontraron el camino al área rival, una zona prohibida en la última noche europea del año.