Abanca Ademar 23 Granollers 31 El equipo leonés, que rindió muy por debajo de lo previsto, dice adiós a la Copa y tendrá que ganarse el billete europeo en la Liga
Un mal trago para el Ademar
Roger Payró | Alicante
El Abanca Ademar no podrá luchar por la plaza europea en la final de una Copa del Rey que se apagó de forma prematura para el conjunto leonés. Los de Guijosa fueron incapaces de frenar al Granollers (23-31), que pasó literalmente por encima de un equipo desconocido, frágil, inexacto, y que dice adiós a este torneo a las primeras de cambio.
Los de Rafa Guijosa no pudieron en ningún momento con un cuadro vallesano superior en todas las líneas, todos los conceptos y todas las estadísticas. Desde la portería, donde Bombom Almeida y, sobre todo, Marc Guàrdia fueron sendas murallas, pasando por la seguridad defensiva, con un trabajo estajanovista y que reveló mucha pizarra y mucho video, ya que Granollers supo desconectar del todo el ataque ademarista. Mientras, en el lado vallesano la primera línea brilló con fuerza (quince goles desde nueve metros por apenas siete de los de Guijosa).
De salida, solo Simonet mantuvo un poco el tipo en el costado naranja mientras los catalanes comenzaban a aplicar una fortísima defensa sobre la primera línea del Ademar, que estaba ya muy incómoda en el lanzamiento tratando de buscar soluciones en seis metros. Y lo que es peor, sin hallarlas.
En ataque, el conjunto de Antonio Rama veía puerta con gran facilidad tanto en disparos exteriores, por medio de Antonio García y Oswaldo, como por el extremo, en el que brilló Gassama.
Los catalanes apenas rotaban, ya que Rama pensó en una estrategia similar a la del Barcelona en algunos encuentros, dos bloques, uno para cada mitad. Y le salió a las mil maravillas.
Los vallesanos fueron abriendo diferencias en el marcador hasta los cinco tantos (6-11) después de que Rafa Guijosa pidiera un primer tiempo muerto al verse tres abajo. Sin efectos. El entrenador de los maristas buscaba soluciones y aparecieron por el extremo de la mano del eterno Juanín García, con dos grandes acciones de ataque que le dieron nueva vida al Abanca Ademar.
Pero el trabajo de Granollers se dejaba notar y de nuevo Oswaldo tiraba del carro junto a Gassama para devolver la cuestión a un oscuro 12-16, que arreglaba mínimamente Juanín sobre la bocina.
Arriesgaba mucho el técnico de los catalanes sacando del encuentro a Oswaldo, pero Márquez fue un perfecto relevo en la primera línea. Descansado, manejó muy bien el juego de los suyos y fue un bombardero inalcanzable para los defensores y metas del Ademar. Además, el cambio en la portería le salió a las mil maravillas a Granollers, ya que Marc Guàrdia se movió siempre en torno a un asombroso cuarenta por ciento de efectividad. Mano tras mano, paradón tras paradón, fue minando la ya de por sí frágil moral de una escuadra marista a la que nada le salía.
Y es que la gran defensa catalana iba permitiendo salidas a la contra y goles fáciles que aumentaron la distancia en el electrónico. Parcial de 0-4 para los catalanes y 15-22, primer manotazo serio. Y en esa dinámica, nuevo tiempo muerto de Rafa Guijosa buscando el milagro en el ecuador de la reanudación, con el equipo siete abajo (18-25).
Tras otro tiempo muerto casi consecutivo, y es que el primero no se notó en ninguno de los dos lados de la pista, llegó la confirmación de que estos cuartos de final estaban ya finiquitados con las peores noticias para el Abanca Ademar. El técnico cambió a una defensa en 5-1, con un avanzado en individual sobre Antonio García, quien sería después proclamado el mejor del encuentro.
Ni siquiera una exclusión infantil de Popovic nada más pisar la cancha permitió al Ademar acercarse cuando restaban diez minutos. Solo un bonito detalle ofensivo de Sebas Simonet con vaselina perfecta y la solución de última hora de José Mario Carrillo, tres dianas desde su extremo, permitieron a los leoneses maquillar un tanto la derrota.
Granollers, con un Márquez bombardeando sin piedad y con todos los jóvenes en cancha —había que pensar ya en las semifinales— pasó por encima de un Abanca Ademar desconocido. La copa fue apenas un sorbo, y además amargo. Los de Antonio Rama disputarán hoy las semifinales del torneo frente al Cuenca (17.00 horas), que se deshizo de Bidasoa en el otro cruce del cuadro. Por el otro lado avanzaron el Barcelona, que doblegó a Puente Genil, y Logroño, que se impuso al Guadalajara.
Ahora, los leoneses tendrán que olvidar este tropiezo y centrarse de nuevo en la Liga para intentar buscar la zona alta, donde se reparten las plazas europeas. Todo está muy apretado y ya no se permiten más fallos si quieren sacar el pasaporte continental. Quedan seis finales.