nuevo fenómeno
Un águila del Ebro en la NFL
José Joaquín Arcega-Whiteside, descendiente de una estirpe baloncestista, ficha por el Philadelphia Eagles Luce un tatuaje con un toro bravo, los mapas de España y Carolina del Sur y el nombre de su Zaragoza natal
"Con el número 57, los Philadelphia Eagles escogen a José Joaquín Arcega-Whiteside, de la Universidad de Stanford". Esta frase que seguramente perdurará en la memoria de la familia Arcega-Whiteside. Su hijo José Joaquín es el primer deportista español seleccionado en el 'draft' de la NFL.
Este zaragozano nacido el 31 de diciembre de 1996 es hijo de dos grandes baloncestistas. La norteamericana de Carolina de Sur Valerie Whiteside y el español del valle del Ebro Joaquín Arcega. También es sobrino de José y Fernando Arcega, estrellas del CAI Zaragoza en los años 80, 'J.J.', como le llaman sus amigos y compañeros, tuvo que desempatar entre el deporte del balón naranja y el ovalado. Desde la semana pasada es un águila de Philadelphia.
La irrupción de Arcega-Whiteside en los Philadelphia Eagles puede admirarse en este tuit del club:
The tape doesn't lie — JJ Arcega-Whiteside can ball.#FlyEaglesFly pic.twitter.com/xgNCa8YYaL
— Philadelphia Eagles (@Eagles) 27 de abril de 2019
"Estamos muy contentos. Lo tomamos con naturalidad. No es algo que ocurre de la noche al día. Cuando entró en la universidad y empezó a jugar bien cada vez hablaban más de él, la gente, los entrenadores... Que vaya a la NFL empezó a ser cada vez una posibilidad más concreta", dice su padre, Joaquín en conversación telefónica con El Periódico."Fueron unos días de tensión. Se lo veía estresado, no se sabia lo que iba a pasar. Pero ya está, ya sabemos que son los Phildelphia Eagles y ahora a seguir para el siguiente paso".
José Joaquín luce con orgullo el nombre de su ciudad natal, de donde salió en brazos de su madre siendo un bebé de año y medio, con un tatuaje sobre el homoplato izquierdo: una brújula que une los mapas de España (con un toro bravo y la palabra Zaragoza) y de Carolina del Sur (una palmera y el nombre de Doman, su ciudad).
Se cumple el 'sueño américano' de J.J.. Lo cuenta su padre: "Desde pequeñito tenía claro que quería ser deportista, entonces ya estaba mentalizado y no hizo falta que la familia le diera muchos consejos desde la experiencia del deporte profesional, aunque siempre le dijimos que para cumplir sus sueños tenía que trabajar y hacer sacrificios"
ESPAÑOL, INGLÉS Y PORTUGUÉS
Creció con el español e inglés como lenguas nativas y luego se adaptó al portugués ya que su padre fichó por el Estrelas de Avenida, de Lisboa. Su madre es considerada una de las mejores jugadoras de baloncesto estadounidense y, cuando se trasladó a España para jugar en el Dorna Godella, fue una de las figuras de la liga. Su tío Fernando Arcega ganó con España la plata olímpica de Los Ángeles 1984 jugando en la final contra un tal Michael Jordan.
Los genes del deporte y de la fama parecían predestinarlo a la cancha de básquet durante su infancia en Carolina del Sur. Cuando estudiaba secundaria tuvo que tomar esa difícil decisión: baloncesto o fútbol américano. En ambos deportes se destacaba pero terminó optando por el balón ovalado y ahí llegaron las múltiples ofertas de universidades américanas que veían en él un futuro promisorio y querían sumarlo a sus filas. "Nunca estuvo presionado cuando tuvo que elegir el deporte, al contrario, siempre le dijimos que hiciese lo que le hiciera feliz. Hasta que un día se decidió por el fútbol americano", explica su papá.
J.J. eligió que su destino en el 2015 fuese Stanford. Allí se graduó en las carrera de Relaciones Internacionales. "Es de las mejores universidades en deportes y de las mejores del mundo en lo académico, hay que tener un plan B por si acaso", cuenta Joaquín sobre la apuesta de su hijo. "Podría haberse quedado un año más y sacar el máster pero quizo dar el salto a la NFL".
La velocidad es un factor clave jugar como receptor, es decir, es quien recibe los pases del mariscal de campo y el que se encarga de lograr los 'touchdowns'. En la universidad, se ganó el puesto de titular y logró igualar el récord de 14 'touchdowns' en una sola temporada. Además, también superó las 1.000 yardas, siendo el primer jugador de Stanford en el siglo XXI en lograrlo. Ahora va por más, y apuesta por hacer historia en los Philadelphia Eagles. "Sabe que tiene la posiblidad de convertirse en una estrella y va a trabajar para eso", finaliza el padre antes de despedirse por el teléfono.