Los tiempos cambian
E l regreso de Manolo Cadenas al CB Ademar ha devuelto la ilusión a una afición que, en su mayoría, peina canas. Su llegada permitirá a la directiva mantener la masa social en un entorno similar al de esta temporada, pero será difícil superar de forma notable ese horizonte si no articula otras medidas. Cayetano Franco y sus compañeros de viaje deben mirar más allá de esa parroquia que habitualmente acude en procesión al Palacio para rejuvenecer la grada y atraer nuevos seguidores. No es fácil competir con el fútbol. Tampoco con todos los estímulos que encuentran ahora los chavales para liquidar su tiempo libre, pero se echa en falta algo más de imaginación por parte de quienes dirigen el Ademar. Intentaron hacer una sección de e-sport para entrar en esas competiciones de videojuegos que enganchan a millones de personas, pero fue más una declaración de intenciones que una medida efectiva porque después de presentarla prácticamente no le dieron bola. Modernizaron el escudo, aunque no hicieron lo mismo con la página web, que da muestra de la dejadez que impera en ciertas parcelas de un club ávido de nuevos ingresos para aumentar un presupuesto estancado. Según Cayetano Franco, el Ademar está muy cerca de su techo. Cree que sin la ayuda de las administraciones públicas será muy complicado obtener más ingresos. Seguro que no es sencillo, pero hay que venderse mejor. Lo que no parece lógico es que el Ayuntamiento y la Diputación acudan al rescate. Esa burbuja explotó hace años. Los tiempos han cambiado, aunque el Ademar siga anclado en el pasado en ciertos aspectos.