CICLISMO
La Vuelta a León contará con dos etapas con la vitola de reina
Andarraso hará historia en una etapa con ocho puertos puntuables
La Vuelta a León contará con dos etapas reina en su edición de 2019. La ronda ciclista provincial que por trigésimo año pondrá en escena la Diputación de León -con la organización a cargo de la empresa lacianiega Kiana Sport- ha desvelado el trazado de la tercera y cuarta etapa y es imposible saber cuál de las dos es más dura.
Dos jornadas muy diferentes, la primera por el Bierzo y Ancares y la segunda por el Bierzo y Omaña, que garantizan que quien se lleve la victoria final será un ciclista llamado a ser estrella del pelotón internacional.
Se sabía que la ronda leonesa comenzaría con una etapa prólogo, una crono nocturna que se disputará el 22 de julio por las calles más céntricas de Astorga; y que las dos primeras etapas, los días 23 y 24 serían una primera etapa para rodadores y velocistas entre San Cristóbal de la Polantera y Veguellina de Órbigo y otra más exigente con salida en Cármenes y llegada a Boca de Huérgano. El 25 se disputará la primera jornada de gran montaña, con salida desde Toral de los Vados y llegada al alto de Ancares, en Candín. Una jornada que ya fue decisiva un par de años atrás y que para el director de la carrera, Javier Fernández «tendrá la dureza de los puertos largos de los Ancares. Una jornada para escaladores que se probarán en Lumeras y tendrán que reservar para la subida al alto de Ancares, muy larga y aún más dura que seguro que va a descartar a muchos de los aspirantes a la victoria final».
Una etapa de elevada exigencia que no podrá presumir de ser la reina sin arriesgarse a que algún aficionado lo discuta porque para el 26 de julio se prepara una penúltima jornada (Molinaseca-Andarraso) que acabará de mover la parra y dejar en ella sólo a los más fuertes. «Es una etapa muy distinta. Los puertos de esta jornada son cortos pero mucho más duros. Una etapa sin descanso para los ciclistas que concluirá en Andarraso», afirma Fernández hablando de una jornada que batirá un récord en la historia de la Vuelta porque nunca antes se habían incluido ocho puertos puntuables en el rutómetro de una sola etapa.