CORRUPCIÓN EN EL FÚTBOL
Raúl Bravo: "Soy el rey del barro"
La policía tiene pruebas de que el exjugador del Real Madrid iba a hacer un pago de 60.000 euros por el amaño del Valladolid-Valencia La trama acordó pagar "más de 100.000 euros" por arreglar el partido de primera división, pero no llegó a hacerlo
"El rey del barro". Así se hacía llamar Raúl Bravo, ex futbolista del Real Madrid y la selección española y acusado de liderar una organización dedicada al amaño de partidos. Bravo, que está en libertad bajo fianza de 100.000 euros, manejaba un teléfono móvil "negro" o encriptado, según el sumario de la operación Oikos, para realizar "las comunicaciones que no quiere que sean interceptadas". Se llama a sí mismo "el rey del barro", según un informe de la Policía Nacional al que ha tenido acceso este diario, un alias que "hace referencia clara a que realiza negocios ilícitos".
En ese sentido, el sumario del caso Oikos de corrupción en el fútbol incluye una conversación telefónica entre Raúl Bravo y un hombre desconocido. El exdefensa del Real Madrid le asegura que va a sacarse el carnet de moto y también el de entrenador de fútbol. Su amigo le advierte entonces: "A ver si te vas a derrumbar de tanto estudiar". Ambos se ríen y Bravo concluye: "A ver si voy a dejar de ser el Dios del barro".
Las investigaciones de la Policía Nacional concluyen que Bravo era el "cerebro" y el también exfutbolista de la cantera del Real Madrid Carlos Aranda era "el músculo" en la trama de amaño de partidos y apuestas. Tras conseguir arreglar el partido Huesca-Nàstic de Tarragona de finales de la temporada 2017-2018 en segunda división, la trama habría hecho lo mismo con el Valladolid-Valencia de este año en primera.
SIGUIENDO A "EL OREJÓN"
Los investigadores siguieron durante meses los pasos de Raúl Bravo, conocido por los suyos como "El Orejón", y comprobaron que se había reunido en Valladolid con el capitán del equipo pucelano, Borja Fernández. La policía cree que hasta siete futbolistas del equipo local pudieron participar en el amaño. El partido, celebrado el 18 de mayo pasado, terminó con la victoria del Valencia por 0-2. Aranda, Bravo y los suyos habían apostado a la victoria visitante ya en el primer tiempo y al final del partido.
Fuentes de la investigación confirmaron a EL PERIÓDICO que el jueves siguiente al partido Raúl Bravo iba a desplazarse a Valladolid para efectuar un pago de entre "50 y 60.000 euros" a varios jugadores por haber participado en el amaño. La policía montó un dispositivo de vigilancia y siguió los pasos de Bravo. Finalmente, el exfutbolista no fue a Valladolid, aunque tampoco se presentó al examen para sacar el título de entrenador de fútbol que tenía convocado en Madrid.
ESPERANDO AL GRIEGO
"No tenían liquidez porque fueron avariciosos y apostaron en combinada los resultados del Valladolid-Valencia y el Getafe-Villarreal", explican fuentes del caso. El Villarreal finalmente empató el partido y estropeó el negocio para la banda de Bravo y Aranda. Así que Bravo no contaba con el dinero en metálico y tuvo que esperar a la llegada a Madrid de un ciudadano griego enviado por su socio.
El 28 de mayo, la policía detiene a Raúl Bravo en el hotel Only You de Madrid. Su esposa llama por teléfono a su hijo, que está en la casa familiar. Los agentes ven entonces como un hombre sale del domicilio, en la calle Orense, con una mochila negra y se mete en un hotel cercano. Se trata de un ciudadano griego, Dimitrios Sioungaris, que dice ser un desempleado. Les entrega la mochila. Dentro hay 54.800 euros. Los investigadores creen que era el dinero para pagar un plazo del amaño del partido Valladolid-Valencia. Su hipótesis es que varios futbolistas del Valladolid se vendieron por entre "100.000 y 200.000 euros", afirman.
"EXTORSIÓN" A UN JUGADOR DEL LEGANÉS POR 7.000 EUROS
Otra de las conversaciones telefónicas que constan en el sumario de la operación Oikos tuvo lugar entre Carlos Aranda y el jugador del Leganés Recio. En ella, según la policía, Aranda y Bravo, cuya voz se oye de fondo, utilizan a Recio de intermediario y "extorsionan" al futbolista uruguayo Diego Rolán para que pague una deuda de 7.000 euros, supuestamente procedente de la factura de la luz y del agua. Rolán vivía de alquiler en un chalé propiedad de Raúl Bravo.
El 9 de enero, la policía sigue a Bravo y Aranda, que se reúnen con el futbolista en Madrid. En la conversación telefónica del día anterior, Aranda dice: "Tiene que pagar una cosa y se está poniendo tonto... Dile que déjate de tonterías con este, que al final vas a tener problemas".
Recio, compañero de equipo de Rolán, llega a decir que "apareció borracho perdido" en un entrenamiento y que "es un uruguayo de esos que se ve con dinero y se vuelve... Tiene un Lamborghini, un Panamera...". A finales de enero, Rolán fue cedido del Leganés al Alavés, también de primera división.