Ponferrada late con la Deportiva y hasta la basílica de la Encina se suma al frente blanquiazul
Ponferrada vive en blanquiazul. Respira con los colores de la Deportiva. Se duerme cada día soñando con el ascenso. Despierta visualizando ese deseado retorno a la categoría de plata del fútbol español. Aquí no hay partidos, no hay colores, no hay bandos... la Deportiva Ponferradina es ahora mismo un elemento de consenso absoluto y el enganche al tren de la ilusión; un tren al que la ciudad y la comarca berciana necesitan subirse imperiosamente.
Miles de banderas blanquiazules cuelgan estos días de balcones y ventanas por todos los rincones de la ciudad alimentando esa ilusión, La fuerza de esa ola ha subido tan alto que ha conquistado incluso la torre de la basílica de la Encina. El templo por excelencia de Ponferrada y del bercianismo amaneció hoy rodeado en sus alturas con una singular bufanda blanquiazul. La piedra centenaria abrazó el blanquiazul para sumarse a la pasión por el ascenso.
Porque aunque seguro que convendremos todos que el 1-3 de la ida ante el Hércules lo hubiésemos firmado a ojos cerrados también convendremos que para subir ese último escalón no sobra la ayuda divina. Que la virgen de la Encina guíe el sábado a los de Pérez Bolo durante esos noventa minutos donde el sentir de toda una comarca estará concentrado en el rectángulo de El Toralín. ¡Aúpa Deportiva!