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León

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PABLO RIOJA

Ilusionado como si fuera la primera vez que toma la riendas del Ademar y sin apenas tiempo para digerir el oro que acaba de colgarse con Argentina en los Juegos Panamericanos. Así saltó ayer Manolo Cadenas a la pista del Palacio de Deportes dispuesto a dirigir su primer entrenamiento como nuevo técnico del conjunto marista. «Estuve en contacto con Diego (Dorado) todo el tiempo, pero tenía ganas de ver a los jugadores en directo, a muchos de ellos aún no los he entrenado nunca». Un primer contacto «positivo» donde el técnico de Valdevimbre quiso advertir a los suyos que «va a costar lograr los objetivos» debido al alto nivel que presenta la Asobal.

Aunque hasta la fecha se han incorporado cuatro nuevos jugadores, Cadenas confirmó que todavía buscan a otro pivote y un central, tal y como avanzó este periódico hace días. «Falta un pivote alto que defienda en el centro de la defensa y un primera línea más que supla la baja temporal de Vieyra». Sabia nueva para un Abanca Ademar que aspira a reconquistar la segunda plaza liguera y a llegar lo más lejos posible en la EHF Cup. Sus primeras palabras hacia la plantilla fueron de ánimo ante el reto que se presenta en la 2019-20. Estos primeros días apenas trabajarán aspectos tácticos, pero a partir del próximo lunes Cadenas pondrá en marcha su particular sello. No habrá año de transición, por lo que necesitará el cien por cien de los suyos desde el primer día.

Con las bajas de Carou, Feuchtmann y Gonzalo Pérez —más la de Fede Vieyra— Cadenas propuso los primeros ejercicios con balón acompañado en todo momento por Dorado y el resto del cuerpo técnico que acompañará al preparador en su tercera etapa al frente del Ademar. «En realidad he seguido tan de cerca al equipo —ha sido siempre un habitual entre el público cuando jugaban en León— que es como si no me hubiera ido nunca», dijo al explicar sus primeras sensaciones tras cruzar la puerta del vestuario.