Liga Asobal
Bidasoa noquea a un gran Ademar
Ademar 27 Bidasoa 33 Los vascos neutralizan el prometedor inicio de los de Manolo Cadenas
No era sencillo el debut liguero del Abanca Ademar. En casa, con el regreso del Manolo Cadenas al banquillo y un Bidasoa Irún que tardó, pero acabó rememorando las pesadillas de la anterior temporada. Y eso que los leoneses brindaron un inicio de encuentro prometedor —con un 6-2 que pocos esperaban— guiados por David Fernández, al que la lesión de Mosic le obligó a desfondarse antes de tiempo hasta hacerle desaparecer por completo. Fue el más inspirado de los ademaristas en el tiro exterior, pero su eficacia se fue apagando como todo el equipo con el paso de los minutos.
Los de Jacobo Cuetara, mucho más rodados y compactos —mantienen el mismo bloque que hace unos meses conquistó el subcampeonato— no le perdieron la cara al encuentro, acostumbrados a las remontadas en duelos que saben estirar como si en realidad contaran con otros treinta minutos extra. Después del arreón inicial del Ademar —que secundaron Mario López, David y Mosic, este último hasta que tuvo que retirarse— los vascos fueron ajustando su defensa hasta defenestrar cada una de las intentonas locales por seguir ampliando la ventaja. Enorme Ledo en la portería visitante. Lo mismo que Slavic en la de los leoneses. Y es que pese al bajón ademarista en los últimos diez minutos del primer tiempo, el croata sostuvo a sus compañeros evitando el empate en el marcador. Así, con 15-14, se fueron los dos equipos al vestuario. Pero las sensaciones ya eran muy diferentes a lo visto en el inicio. Los de Cadenas deberían reinventarse para romper la muralla defensiva tejida por los vascos.
Al inicio del segundo envite, los irundarras se quitaron la careta con un parcial de 0-3 que advertía lo que estaba por venir; todo un vendaval sustentado en un banquillo capaz de suplir al más inspirado sin que se note lo más mínimo. Aún así, cargados de coraje, los leoneses volvieron a meterse en el encuentro. Lo hicieron más a arreones que por juego sí, pero por unos cuantos minutos fueron capaces de meter el miedo a los visitantes. Jaime Fernández lideró el último conato de reacción del Ademar, con un Feuchtmann fino actuando de central en ocasiones y en otras de lateral. Aunque fue en ese instante, con el minuto 10 del segundo tiempo asomando en el luminoso, cuando la chispa se le comenzó a apagar a los de Cadenas.
Slavic ya no era el salvador del principio, pero es que tampoco la férrea defensa local lo era. El Bidasoa supo esperar su momento para asestarle un golpe casi mortal merced a un parcial de 0-4 que a la postre se convertiría en una losa imposible de levantar. Todos los visitantes aportaban en ambas áreas, pero Odriozola —máximo anotador del choque— acabó amargando la noche a la parroquia ademarista, algo apagada durante todo el partido.
Todo lo que tocaba Bidasoa se convertía en gol, al contrario que el cada vez más debilitado ataque del Abanca Ademar, al que se fueron sumando Marchán, Lucin y Feuchtmann demasiado tarde. Los últimos diez minutos fueron intrascendentes, con un conjunto marista impotente y resignado por momentos que necesita mejorar en todas sus líneas. Cierto es que las lesiones y la falta de otro central no ayudan a que el horizonte sea dulce, pero ni siquiera el técnico de Valdevimbre quiso excusarse en eso para justificar la derrota. «Nuestra defensa estuvo muy por debajo de lo que veníamos haciendo en pretemporada», dijo sin paños calientes tras concluir el encuentro. Hay tiempo suficiente por delante para trabajar y ‘brotes verdes’ que atisban tiempos mejores. Pero Cadenas no tiene una chistera ilimitada. La directiva deberá echar el resto cuanto antes.