Honores a los héroes de una gesta de leyenda
AMADOR GÓMEZ | MADRID
«Esta Copa del Mundo asegura algo que para nosotros es muy importante, que es el relevo generacional. Hemos vivido épocas doradas y, ahora, con jugadores que se mantienen todavía y jugadores nuevos que llegan a la selección, el resultado sigue siendo la excelencia», se congratuló el presidente de la Federación Española, Jorge Garbajosa, en el Palacio de la Moncloa, donde los héroes de Pekín fueron recibidos por el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, después de la audiencia en Zarzuela con los Reyes.
«El honor es nuestro. Gracias de corazón por llevar los colores de España a lo más alto», proclamó Pedro Sánchez ante los flamantes campeones mundiales, tras recordar los «testimonios conmovedores» de jugadores que tras la conquista del título recordaron a sus seres queridos «para homenajearles».
«El honor es nuestro. Os doy las gracias, a Sergio (Scariolo), al extraordinario entrenador que tenemos y a la federación. ¡Gracias, campeones!», concluyó el jefe en funciones del Ejecutivo.
Las dos horas de retraso con las que aterrizó en el aeropuerto de Barajas el avión procedente de Pekín trastocó los planes de la selección, la agenda de las visitas institucionales y la fiesta de celebración con los aficionados. Los campeones del mundo tenían previsto llegar a Madrid a las 15:50 horas, pero no lo hicieron hasta las seis menos cuarto de la tarde, cuando el avión de Iberia fue recibido con un arco de agua. El capitán del equipo nacional, Rudy Fernández, fue el primero en bajar por la escalera, con el trofeo ganado por la campeona en sus manos, junto al seleccionador, Scariolo, y a Garbajosa.
Todos los jugadores de la selección llevaban sus medallas de oro colgadas al cuello, entonces con el mediano de los Gasol al frente del grupo, por delante de Pau Ribas, Ricky Rubio y el propio Rudy, que ante los medios gráficos y televisiones y personal del aeropuerto madrileño levantó sonriente la copa, antes de que el equipo se dirigiese a la terminal para cambiarse de ropa y pasar el control de pasaportes, mientras recogían el equipaje. Los campeones estuvieron durante más de un hora en la terminal, por lo que hasta las siete y cuarto no partió de Barajas el autocar cubierto, camino del Zarzuela, donde ya esperaban los Reyes. A las ocho, el lugar habitual de celebración de los éxitos de la selección de fútbol ya estaba prácticamente lleno, con seguidores procedentes de todas las partes del país que abarrotaban la Plaza de Colón, mientras el rey Felipe y la reina Letizia iniciaban entonces su audiencia oficial en Zarzuela. Durante la recepción, el monarca fue sorprendido al ser obsequiado con una réplica de la medalla de oro mundialista que le colgó del cuello Rudy Fernández.
«Lo que habéis demostrado no es sólo deportivo, sino de valores humanos muy positivos para la sociedad en situaciones complejas. Eso deja un poso muy importante en la sociedad, y hay una continuidad. Hay futuro», les dijo el rey Felipe VI.