Un derbi ganado con el corazón
Cadenas sorprendió con Jaime como central para imponerse en un duelo marcado por la efectividad en ataque de Mario, Marchán y Lucin
Con más corazón que piernas, y subido a una montaña rusa de emociones, el Abanca Ademar tumbó al Atlético Valladolid (34-31) en un derbi que no quedó resuelto hasta prácticamente el último minuto, cuando los leoneses sofocaron el conato de rebelión del conjunto castellano (34-31).
Todo apuntaba a un final relajado después de estirar la renta hasta los seis goles de diferencia, pero los de Cadenas no fueron capaces de defender la ventaja y con demasiados fallos en ataque, y alguna grieta en defensa, dieron alas a un rival que se agarró al partido con los lanzamientos de Rubén Río y las embestidas de Adrián Fernández, autor de ese 30-29, a falta de cuatro minutos para la conclusión, que puso en entredicho la victoria.
Apareció entonces Rubén Marchán, muy participativo en ataque, para batir a Carlos Calle y sacar la exclusión de Turrado, todo un jarro de agua fría para un Atlético Valladolid que sucumbió ante el equipo leonés, respaldado en la grada por casi 2.500 fieles a pesar de que la hora impuesta por la televisión no era la mejor (las siete de la tarde).
Otro recién llegado como Tin Lucin había resuelto antes los problemas del Ademar en el ataque estático. Al jugador no le tembló el brazo cuando el compromiso estaba en su punto de ebullición. Hay que destacar también el papel que jugó Patotski en la primera parte, sobre todo en el arranque, cuando frustró varias ofensivas pucelanas. La aportación de Slavic resultó, igualmente, capital. Paró cinco lanzamientos desde los siete metros. Desde esa misma distancia se hinchó Mario López, infalible cuando agarró el balón en el punto de penalti. Acabó el encuentro como máximo artillero con ocho tantos.
Aún así, tocó sufrir hasta el último suspiro. Y eso que el duelo se encendió de cara para los intereses del conjunto leonés, que firmó un 3-0 de salida. Cadenas sorprendió con Jaime en el central y el canterano dio la talla en una posición que no le es ajena. La ocupó hasta juveniles. Así mitigo el técnico los problemas que arrastra en la primera línea por culpa de las lesiones de Acacio, Fede Vieyra y Mosic.
El Atlético Valladolid tardó cinco minutos en abrir la lata, después de que el portero bielorruso bloqueara las tres primeras tentativas. Carou y Juanjo apenas dejaban espacios y la defensa castellana no sabía cómo parar a un Abanca Ademar que avanzaba sobre la pista con paso firme, aunque no era capaz de romper el encuentro.
El intercambio de golpes que llegaría tras el ecuador beneficiaba al conjunto local, que supo administrar el botín para adentrarse en el túnel de vestuarios con una ventaja de cuatro arriba (16-12). Las sensaciones eran buenas.
Todo continuó por esa misma línea cuando regresaron a la pista. Los leoneses galopaban a la contra y Óscar Ollero tuvo que parar el partido cuando parecía que el Ademar iba a romperlo (21-15).
Después llegó la exclusión de Feuchtmann, que estuvo acertado en ataque, y dos buenas acciones del Valladolid, que redujo la distancia a tres goles cuando Carlos Calle marcó desde su área tras prescindir Cadenas del portero para percutir en igualdad de condiciones.
Un nuevo arreón del equipo leonés tranquilizó al Palacio, que veía como Tin Lucin y Rubén Marchán, dos recién llegados, asumían prácticamente toda la responsabilidad en ataque. Pero el bloque castellano no bajó las brazos. Los de Cadenas entraron en ese vaivén propio de la inexperiencia y cometieron algunos errores que permitieron al rival engancharse a un compromiso que debió resolverse mucho antes.
Tuvo que aparecer Slavic para detenerle a Pérez un siete metros que les hubiera puesto a solo un gol (29-27). También el chileno Feuchtmann, un jugador de sangre caliente al que se le vio cómodo en el derbi. Río y Adrián replicaron y encendieron al Palacio —molesto con las decisiones arbitrales—, que también jugó su partido, sobre todo en el último tramo, cuando los jugadores ademaristas, a los que ya les flaqueaban las piernas, necesitaban esa influjo que emerge de la mejor afición de España.
Los dos últimos tantos de Rubén Marchán, que firmó su mejor encuentro, dejaron los dos puntos en León para que el conjunto dirigido por Cadenas sumara la primera victoria de la temporada en casa. La próxima jornada volverán a jugar en viernes, frente a Granollers en territorio hostil. Los vallesanos no andan finos. Perdieron ante Cangas y empataron frente al Nava de Dani Gordo. Hoy juegan ante el Sinfín en Cantabria.