Campo minado para la Deportiva

Territorio hostil para la Deportiva. El equipo berciano visitará mañana por sexta vez el estadio Martínez Valero de Elche. No son demasiadas, pero todas tienen un denominador común: la derrota. Es uno de los campos que peor se le dan a la escuadra berciana, con ese apunte de que las visitas tampoco es que sean muchas. De hecho, aunque ha ganado en cinco ocasiones, posiblemente el campo del Lugo sea un campo que se le dé tan mal o peor históricamente a la formación ponferradina, teniendo en cuenta que lo ha visitado casi una treintena de veces.

Desde la temporada 2006-2007, cuando debutó la formación berciana en Segunda División, los duelos ligueros han sido cuatro. Salvo el inaugural de la Liga 2012-2013, que finalizó 4-2 con un Xumetra colosal, en los otros duelos la Deportiva ni siquiera ha conseguido marcar. 1-0 perdió en abril del 2007 y en enero del 2016. En el primer caso y coincidiendo con el primer viaje de la recién creada Federación de Peñas, con un equipo en una situación ya muy grave -en lo clasificatorio- en el último tercio de la temporada. Y en el segundo, en plena caída libre en el inicio de la segunda vuelta que acabó desembocando a final de campaña en el último descenso a Segunda División B. Fue el penúltimo partido de Manolo Díaz en el banquillo blanquiazul. El otro resultado fue un 2-0 en la temporada 2010-2011 con expulsión de Carlos Granero. Y hace una semana hizo 13 años del primer cara a cara entre ambos equipos. Fue en Copa y el marcador también fue 1-0.  

«Sería importante lograr dos victorias seguidas porque supondría un golpe anímico para el equipo muy bueno de cara a enfrentar los partidos que vienen y que están muy juntos» (Las Palmas y Mirandés la próxima semana), apuntó ayer Maxi Villa tras el entrenamiento. El uruguayo valoró su estreno en casa, aunque tuvo que hacerlo desplazado de su posición habitual: «El del pasado domingo fue un debut bueno en casa en lo personal y para el equipo. Estaba muy ansioso por jugar en El Toralín porque se siente cómo aprieta el aficionado y eso a la hora de dar vuelta al partido es muy importante para nosotros, ya que ayuda mucho. Es complicado estar en el banquillo y tener que entrar así por la lesión de un compañero. Estaba frío y me fui metiendo según avanzaba, pero yo quiero estar en el campo, donde toque».