Diario de León

Balonmano

El «Mundial mágico» de Mireya González

La guerrera leonesa subraya que «ha trabajado día y noche» para disputar una final con España, algo histórico

Las Guerreras posan con la medalla de plata en el aeropuerto de Madrid, donde fueron recibidas por cientos de aficionados. JUANJO MARTÍN

Las Guerreras posan con la medalla de plata en el aeropuerto de Madrid, donde fueron recibidas por cientos de aficionados. JUANJO MARTÍN

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Mireya González regresó ayer de Japón con una medalla de plata que sabe a oro, como corearon los cientos de aficionados que abarrotaron la terminal del aeropuerto de Barajas para arropar a las Guerreras. La leonesa, como toda la selección española, ha hecho historia. «He trabajado día y noche para vivir estos momentos», aseguró la internacional en conversación telefónica con Diario de León poco después de salir del Palacio de la Moncloa, donde fueron recibidas por el presidente en funciones Pedro Sánchez. Una catarata de emociones que envuelve a un «Mundial mágico», en el que «hemos sacado lo mejor».

«Al principio del campeonato estoy convencida de que nadie daba un duro por nosotras», reconoció Mireya, quien aludió a unas palabras que pronunció el entrenador Carlos Viver al principio del torneo para glosar la principal virtud de la selección. «Nos dijo que aunque no seamos las más fuertes desde el punto de vista individual, sí somos el mejor equipo», recordó. Confía en que esta hazaña sirva para que las generaciones que vienen por detrás «sepan que pueden llegar ahí. No hace mucho yo también veía a las Guerreras por la tele», matizó.

Sabe que deben aprovechar el tirón de este Mundial para subrayar el potencial de un deporte que ha vuelto a enganchar a miles de personas. Atrás queda ya ese regusto amargo que dejó la última jugada de la final contra los Países Bajos. Ni ella ni el resto de internacionales quieren detenerse en lo que pudo ser. «Es una sensación muy bonita ver a tanta gente en el aeropuerto celebrándolo», agradeció la jugadora leonesa del SCM Râmnicu Vâlcea de Rumanía.

En la misma línea se expresó el técnico Carlos Viver. «No esperábamos un recibimiento tan grande. Es verdad que cada vez que vamos a cualquier parte del país recibimos muchísimo cariño. Hemos conseguido una medalla de plata, es lógico, pero realmente estamos sobrecogidos por el apoyo que estamos recibiendo. Es una plata que sabe a oro, a gloria. De hecho, yo no quise quitármela para hacer la rueda de prensa. Lo hemos peleado mucho y nos ha costado mucho llegar hasta ahí. Nuestro objetivo no era ese, pero no nos ha entrado el vértigo para pelear hasta el último momento», manifestó.

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