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Fútbol | Primera División

El Madrid deja escapar al Barça

Barcelona 0 Real Madrid 0. Los blancos fueron un ciclón en el primer tiempo, pero la falta de pegada les condenó a unas tablas con las que pareció conformarse el equipo azulgrana

Publicado por
Óscar Bellot | Barcelona
León

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El Barça resistió a un Real Madrid encomiable en un clásico de altura que evidenció que ni el mayor tsunami político que se recuerda puede doblegarle el brazo al lirismo de un fútbol con mayúsculas (0-0). Combate nulo en un pulso de brutal exigencia en el que el Real Madrid mereció más en el primer tiempo por su soberbia propuesta ante un Barcelona que sufrió lo indecible sin Busquets por primera vez en un choque liguero entre los irreconciliables adversarios desde su debut pero que dispuso también de argumentos suficientes para hincarle el puñal a los blancos.

Especialmente a vuelta de vestuarios, cuando el derroche de energía que hizo la escuadra de Zidane para encajonar al Barça en unos minutos espléndidos pasó factura, cambiando el color de un enfrentamiento que por momentos llegó a ser un monólogo visitante pero que terminó expirando con unas tablas que mantienen la igualdad suprema en la cúspide de la clasificación.

Envidó el marsellés con Isco en lugar de Modric como cuarto integrante del centro del campo, manteniendo un 4-4-2 que le arrebató el dominio al Barça. El inflamado ambiente de la grada por motivos políticos mutó en fervor deportivo con un choque trepidante desde el primer suspiro. El Real Madrid fue a por la yugular del Barça, que sólo respiraba con balones en largo como el que le envió en diagonal Messi a Jordi Alba en una embestida que murió al no poder conectar Luis Suárez el centro del lateral que había superado ya a Varane.

Los blancos llegaban a acumular cinco hombres en la zona de máquinas, cayendo Bale a la izquierda y dejando a Isco de enganche, lo que atenazaba la salida del Barça. Un taconazo del malagueño habilitó el primer examen a Ter Stegen, con un disparo de Benzema que blocó con sobriedad el germano. El cancerbero se vio obligado a fungir incluso de ‘quarterback’ como vía para reventar las líneas del Real Madrid, osado en su empuje ya que quedaba expuesto.

Valiente la propuesta de Zidane, que llevó el duelo a terreno del Barça, sometiéndole a base de empuje y coraje. Gobernaba el Real Madrid con Kroos de timonel y mucha llegada de segunda línea. Varane y Sergio Ramos amenazaban en las acciones de estrategia con su poderío aéreo. El galo reclamó un penalti por posible derribo de Rakitic que el árbitro no estimó como tampoco titubeó en una acción en la que la grada reclamó una mano de Carvajal inexistente. El VAR resolvería luego otro metraje con suspense en el segundo tiempo al confirmar el fuera de juego de Mendy en el germen de la acción que Bale culminó con un gol invalidado.

La clásica ración de polémica en lo que para entonces era un ciclón visitante. Ter Stegen y Piqué, que sacó sobre la línea un cabezazo de Casemiro como haría también el arquero en un latigazo del brasileño, se erigieron en salvadores de un Barça sojuzgado sin Busquets de apagafuegos. La presencia sobre el tapete de Messi parecía el único aval culé para soñar con el triunfo.

La primorosa puesta en escena de los blancos tenía un pero: la falta de pólvora. Sobrado anda de ella el Barça, que con un par de puntadas acarició la ventaja en un centro de Jordi Alba que repelió Courtois y un disparo inmediato de Messi que sacó Sergio Ramos con el belga superado.

Ni rastro del mortecino ritmo que marcó los últimos clásicos por ‘incomparecencia’ de un Madrid depresivo. El más politizado que se recuerda devino en un combate sin resuello propio de titanes.