Punto y final en positivo

La temporada de caza mejor bajó el telón en clave positiva. Después de tres meses de actividad, las perspectivas iniciales no sólo se cumplieron en la provincia, incluso se vieron mejorados con la perdiz, el conejo y la liebre como protagonistas.

En el caso de la perdiz, los bandos que se han visto a lo largo de estos meses. Se puede decir que ha sido una campaña más que satisfactoria para los cazadores con una densidad importante de aves que ha llevado a que cobrarse piezas no haya sido, como en años precedentes, una labor ardua y complicada. Incluso los más avezados han completado jornadas con un buen zurrón de perdices que llevarse. En lugares como en Tierra de Campos, la presencia de topillos a jugado un factor favorable, en este caso con las alimañas también como un factor destacado.

Por lo que respecta al conejo. La temporada de caza menor ha resultado también bastante notoria. Y es que su numerosa presencia ha llevado a los cazadores a contabilizar números elevados. No ha sido de extrañar que en un día alguno se cobrara una cifra importante. A pesar de que en algunas zonas su presencia necesite aún de un cierto espaldarazo, las potenciales enfermedades que han mermado algo su población no han sido tan dañinas pudiéndose ver en muchas zonas un número alto de ejemplares y en otras reapareciendo. Eso sí, desde el último fin de semana de octubre del pasado año y hasta el 26 de este mes de enero que la campaña bajaba el telón se puede decir que la mayoría de los cazadores han contado con posibilidades de firmar jornadas más que satisfactorias. Y es que la población de conejos sigue siendo elevada. Y crucemos los dedos para que no se vea diezmada por alguna enfermedad como en su día y en años atrás llegó a ocurrir.

Por otro lado, la liebre también ha respondido a las perspectivas de inicio de la temporada con cifras más que aceptables teniendo en cuenta también la diversidad de la provincia leonesa. Incluso con el transcurrir de la temporada la situación se ha visto mejorada llegando el número de ejemplares a unos dígitos pocas veces vistos, al menos en los últimos años. Algo que sin duda alguna supone un aliento de esperanza ya que ha habido años en los que poder ver y en cierta medida cobrarse una pieza se convertía en algo bastante complicado.

Con todo, tanto para la perdiz como para el conejo y la liebre, las perspectivas y pronósticos se han ido cumpliendo de forma más que destacada y con ello están dejando tras de sí una temporada en clave bastante positiva.

Respecto a la becada que también ha bajado el telón, en este caso los números han sido regulares. Las lluvias y la climatología no han jugado un factor en positivo, todo lo contrario. Y es que estos condicionantes han supuesto que la llegada de las becadas haya sido inferior al de otros años en la geografía de Castilla y León.