Un mes de sequía lejos de León

Desde el 1-3 en Amorebieta del pasado 15 de enero, la Cultural no ha vuelto a sumar los tres puntos como visitante. Un mes convulso para el conjunto leonés donde se han podido contemplar las dos caras del equipo esta temporada. La buena apareció, para sorpresa de muchos, en la Copa del Rey, en la que dejaron por el camino a Las Rozas, Huesca y Atlético de Madrid, cayendo con honor y una gran imagen colectiva frente al Valencia en la tanda de penaltis. Todo un subidón anímico y económico para el club que sin embargo acabó pasando factura en la competición doméstica. Ahí acumulan tres derrotas, un empate y un solo triunfo en estas cuatro semanas que les han alejado del liderato que ostenta el Logroñés con holgura. Diez puntos de distancia que si bien no son definitivos —todavía restan trece jornadas por disputarse— sí parecen difíciles de remontar.

Acabar en primera posición del grupo siempre fue la primera opción de la Cultural, sobre todo porque de cara a la fase de ascenso asegura una vida extra en caso de caer en la primera eliminatoria. Pero tras un mes en Liga para olvidar —ni siquiera el 1-0 del pasado domingo contra Unionistas termina del todo con la crisis de juego, sí de resultados— el discurso vira ahora hacia el optimismo moderado, conformándose con terminar entre los cuatro primeros.

Los fantasmas del año pasado se han aparecido en más de una ocasión en este 2020 que apenas está comenzando. Nadie dentro del club quiere hablar de fracaso, pero quedarse fuera del play off la anterior temporada fue un palo duro para la entidad leonesa, que se vio obligada a cambiar radicalmente su estrategia deportiva. El presupuesto se redujo a la mitad y los fichajes se centraron en futbolistas de Segunda B con experiencia. Toda una reconstrucción para volver al fútbol profesional cuanto antes. La regularidad en el Reino de León está fuera de toda duda —solo los riojanos se han llevado el gato al agua en la 2019-20— pero los de Aira son incapaces de mantener la misma línea cuando actúan como visitantes. El próximo compromiso será en Guijuelo, un campo siempre difícil en el que todo lo que no sea ganar puede desatar la ira de unos aficionados que por el momento apoyan a los suyos incondicionalmente. De hecho fue en este campo donde se fueron al traste las opciones de fase de ascenso la temporada pasada.

La plantilla culturalista está convencida de que después de este «bache» volverán a mostrar su mejor versión. La unión dentro del grupo es buena, pero deberán traducirla en resultados positivos en casa y fuera.