El entrenador culturalista no acaba de dar con la tecla y sufre las iras de una grada crítica

Aira no acaba de acertar con la tecla y convencer a una grada cada vez más crítica con el técnico. El entrenador tiene a sus órdenes a un equipo confeccionado según sus diseños para subir a Segunda. De esta Cultural se espera contundencia atrás y efectividad arriba. También un juego más estético, de acuerdo a lo que marca su presupuesto, muy por encima del que caracteriza a una categoría pobre en dinero y escasa en juego de calidad.

La Cultural sólo sacó un pobre empate ante uno de los rivales más débiles que han pasado por el Reino de León, el Izarra. La afición que ya había castigado a Aira y a los suyos con algunos pitidos a la conclusión de partidos precedentes por la pobre imagen mostrada sobre el césped, se intensificaron el sábado frente al rival de Estella. Los culturalistas han caído en barrena desde su derrota ante el Burgos en El Plantío (2-0), en uno de los peores partidos en mucho tiempo. Después, ganar al Unionistas fue un alivio para la plantilla, para el cuerpo técnico y para una afición que comienza a no comulgar con Aira, pero el varapalo frente al Guijuelo (3-1) y el empate en el Reino del sábado comienza a colmar la paciencia de la parroquia leonesa.

El problema volvió a ser que el juego del equipo no fue para nada bueno. El equipo siguió contagiado por la catástrofe en la que habita y nuevamente se volvió a ver a una Cultural previsible, sin ideas en ataque, con una circulación de balón lenta y con problemas atrás, que continúa alargando la crisis, pese a que la Cultural tenga un punto más de ventaja con respecto al quinto clasificado, la Real Sociedad B, tras la disputa de la presente jornada del campeonato de Liga.

Todo ello coincide con el momento de la temporada en la que los futbolistas llamados a marcar diferencias en el terreno de juego acusan una baja alarmante en su rendimiento.