Olatz Rodríguez: «Tengo anorexia»

En primera persona y con la realidad de una joven de 17 años. Así narra Olatz Rodríguez la realidad de sus últimos años como gimnasta y las causas, en este caso una, que la obligaron a decir adiós a un deporte que había practicado y con el que llegaba a convertirse en una de las ,mejores representantes nacionales , la gimnasia rítmica.

Con toda la sinceridad del mundo y a través de su cuenta de Instagram la leonesa desgrana la enfermedad que ha padecido, anorexia nerviosa restrictiva, que le ha llevado a decir adiós. Porque la salud es lo primero y a veces tus sueños pueden chocar con ello. Un ingreso en el hospital en enero de este año la llevó a tomar una decisión de a que no se arrepiente a pesar de los buenos recuerdos y amigas que le ha dejado este deporte Eso sí, también algún disgusto y en los últimos años hasta problemas de salud. «Al principio, físicamente apenas se me notaba porque siempre he sido de constitución delgadita. Veía a las grandes gimnastas muy delgadas y pensé que era algo que yo podía controlar, pero se me fue de las manos».

Para Olatz que junto a Paula Serrano, su compañera en el Club Ritmo, ambas entrenadas por una de las mejores preparadoras españolas, Ruth Fernández, se había convertido en una de las ‘júnior de oro’ de la rítmica nacional llegando incluso a meterse en la final de un Europeo, «La sociedad a veces crea unos estereotipos que para personas perfeccionistas y que se exigen supone un condicionante». Y Olatz, a pesar de ser una adolescente delgadaquería ser como las gimnastas que veía por la tele o en las competiciones. Más delgada. «Cuando escuchas ‘más delgadita resultas más elegante’ y cosas así, eran conceptos que yo percibía y distorsionaba, porque nadie quiere que te pase eso», explica.

Olatz Rodríguez Cano asegura también en su cuenta de Instagram que lo que más le costó fue confesar su problema. «No me atrevía a decírselo a mis padres, no me veía capaz. Perdí el control de lo que me pasaba», admite. Su situación fue agravándose hasta que tuvo que ser hospitalizada durante un mes con desnutrición, pesando 37 kilos con 1,65 metros de altura. Era en el mes de enero de este año. «Aún no me han dado el alta definitiva pero falta muy poquito», apunta. Esa situación junto a la ansiedad vivida con anterioridad le llevó a decir adiós. Ahora, con el paso de los meses, no muchos, ha dado las razones. Su salud.

Y es que como ella misma cuenta llegó a alimentarse con huevos, verduras y algún yogur sin lactosa. Eso para una deportista de élite con entrenamientos exigentes que compagina con los estudios y otros quehaceres diarios resultaba un camino peligroso. «Cuando no alimentas al cerebro surge la depresión y la ansiedad. Y eso me pasó a mí», remarca. Su fichaje por un equipo italiano acentuó sus problemas de ansiedad. «Me puse muy nerviosa y después esa competición en febrero, que no me salió bien, ya tenía la idea de dejar la gimnasia porque no estaba bien a nivel psicológico». Olatz manda un mensaje a los que como ella han tenido que pasar, o pasan, por esta dura situación. «Si algunos que me ven sufren este problema, les recomiendo que se quieran a sí mismos. Todas las personas tenemos fallos, nadie nace con todo bien; si no, todo sería muy aburrido. Cada cuerpo es único y perfecto para cada persona, y no intentéis ser como nadie».