Balonmano | Liga Asobal
Los peligros de salirse de Asobal
Los clubes que decidan no estar en la asociación perderán los derechos de imagen, los televisivos y el seguro de los jugadores El Barcelona estudia ir por su cuenta
La reciente asamblea general de la Federación Española apagó a última hora el fuego del sistema de competición liguero para la 2020-21 pero abrió la puerta a una posible fuga de la Asobal que puede convertirse en el principio del fin de una asociación que tiene cedidos los derechos de los torneos nacionales pero que no atraviesa por su mejor momento. Al menos la desunión está más patente que nunca entre varios clubes. En uno de los puntos más controvertidos del orden del día, se aprobó la posibilidad de que los equipos puedan jugar la Liga española y el resto de torneos sin que sea obligatorio formar parte de la Asobal, requisito indispensable hasta entonces.
Una reclamación que entidades como el Barcelona o Bidasoa, entre otras, venían reclamando hace tiempo y que se acentuó en los últimos meses debido a las desavenencias con su presidente, Adolfo Aragonés, reelegido en el cargo el pasado mes de marzo y al que estos clubes y otros tildan de falta de transparencia y de tomar decisiones sin contar con la opinión de los propios equipos a los que representa. Esa es al menos la tesis de hasta siete conjuntos de la élite del balonmano masculino español. No así la del Abanca Ademar, que ya ha manifestado más de una vez su apoyo a la unidad dentro de la asociación insistiendo en que es el mejor aval para garantizar el presente y el futuro.
Pero lo cierto es que el conjunto catalán es uno de los más decididos ahora mismo a afrontar su futuro lejos de la Asobal aunque sin negarse a jugar las competiciones españolas. La RFEB, con los votos a favor de la asamblea, dio luz verde a esta posibilidad, pero salirse tiene también sus consecuencias, al menos de momento. Para empezar, según explican desde Asobal, quienes emprenden su camino en solitario perderían los derechos de imagen, los televisivos y el seguro que cubre a todos los jugadores.
Mejor unidos
El Ademar mantiene su postura de apoyo a la Asobal como mejor garante del balonmano
También subrayan que si no eres de la asociación pierdes automáticamente el derecho a voto en las decisiones que se tomen. Pese a que suenan con fuerza Barça y Bidasoa como abanderados de esta corriente, por ahora nadie ha manifestado públicamente que se vaya a marchar. Aunque la posibilidad de hacerlo amenaza incluso con una huida lenta pero decidida de varios equipos que podría acabar con la desaparición de la propia Asobal.
Las diferencias de criterios entre la asociación de clubes y la propia federación española vienen de lejos. Ambos presidentes mantienen enfrentamientos personales que no ayudan a rebajar las tensiones. Aunque sí es cierto que mediaron para alcanzar un acuerdo in extremis de cómo debía ser el sistema de competición de la Liga esta próxima temporada.
Fue la RFEB quien acabó cediendo ante la mayoría de clubes y renunció a imponer una competición repartida en dos grupos como defendía desde un primer momento. Lo justificaba debido a que en la 2020-21 serán 34 y no 30 las jornadas regulares, comprimiendo un calendario ya de por sí saturado por los torneos europeos, un Mundial y los Juegos Olímpicos. El pulso cayó del lado de Asobal, convencida de que el torneo debía ser regular para beneficiar el espectáculo y premiar así a sus socios y aficionados con más partidos en compensación por los que quedaron sin disputarse este curso a causa de la cancelación de la temporada por la pandemia.
También dio su brazo a torcer la federación en mantener la Copa Asobal, que querían eliminar solo para la próxima temporada, y en el sistema de competición de la Copa del Rey, para el que tienen plaza de forma directa campeón y subcampeón así como los seis mejores equipos clasificados al término de la primera vuelta de la Liga.
Lo que pocos esperaban es que sí saliese adelante la propuesta de poder abandonar la Asobal sin que ello suponga la prohibición de disputar los torneos nacionales. Una jugada que en principio traerá consecuencias para aquellos que apuesten por ella, pero que de convencer a cada vez más clubes quitaría todo el poder o debilitaría notablemente a la asociación. Habrá que ver si el Barça u otro equipo da el primer paso y qué deciden el resto. Pero sí parece claro que de nuevo el mayor perjudicado volverá a ser el balonmano español.