Baloncesto | ACB
El Baskonia, campeón de Liga
El joven base argentino Luca Vildoza con una canasta a falta de tres segundos y con una gran segunda parte se doctora a lo grande en la final ante el Barcelona
El joven base argentino Luca Vildoza, con una canasta a falta de tres segundos y con una gran segunda parte, se doctoró a lo grande en la final de la Liga ACB Endesa y condujo al Kirolbet Baskonia a su cuarto título liguero, validando nuevamente el método de Dusko Ivanovic ante un Barça decepcionante al que no le bastó con Thomas Heurtel (67-69).
El título culmina una temporada absolutamente inédita por el parón de tres meses que vivió la Liga por la crisis del coronavirus, por la fórmula de fase final escogida para acabarla y por las estrictas medidas sanitarias con las que se ha disputado.
El choque arrancó con los dos equipos exhibiendo fortaleza física, pero en el caso del Barça presumiendo además del talento de Nikola Mirotic cerca del aro, lo que le dio la iniciativa. Dusko Ivanovic mandó un mensaje claro a los suyos sentando (brevemente) a Toko Shengelia. Quería más defensa.
Con el cambio de cuarto se extendieron las rotaciones. La inesperada aparición anotadora de Diop en los baskonistas (máximo anotador de su equipo al descanso con ocho puntos) amortiguó el golpe, pero era insuficiente para este envite (39-33, minuto 20).
Repitieron quintetos iniciales, virtudes y defectos ambos equipos en la reanudación y entre robos, tapones y faltas se pasaron casi dos minutos zurrándose pero sin anotar. Después, 51-51, en el minuto 30.
La cuarta falta de Mirotic nada más arrancar el último cuarto y un par de acciones ofensivas de Shengelia aprovechando que el montenegrino seguía en la pista consolidaron esa sensación y de nuevo tuvo que aparecer Heurtel. Pero un inesperado fallo del francés en un paso y la quinta de su compañero golpearon la moral del Barça (62-62, minuto 35).
La tensión acabó de atascar el choque. Con 67-67, en una jugada de pizarra, el rápido Vildoza se escabulló entre los defensores del Barça para anotar una canasta que, tras fallar sobre la bocina Higgins el triple que hubiera cambiado el guión, ya es historia.