Ascender o ir a Segunda B Pro

El pozo que se dibuja en la categoría de bronce del fútbol español será aún más hondo a partir de la 2021-22, cuando entre en vigor la nueva Segunda B Pro, una competición intermedia que sumirá a quienes no la integren en una encubierta Tercera División. Un infierno que la Cultural tratará de evitar y cuyo billete, como mal menor si no asciende, tendrá que ganárselo a pulso esta temporada.

El único objetivo de los leoneses volverá a ser, de nuevo, regresar a Segunda, reto que se les resiste desde que en 2017 lo lograra Rubén de la Barrera. Después, José Manuel Aira no ha podido repetir la gesta en sus dos temporadas al frente del banquillo. Para ello el club tendrá que rehacer un proyecto donde el presupuesto volverá a verse reducido como ya adelantó este periódico hace una semana. Si esta temporada fue de 2,5 millones de euros, ahora será difícil que alcance los dos millones. Una cifra que se aleja de los más de cuatro millones de los que gozó hace dos cursos.

Sea como fuere, el nuevo sistema de competición de Segunda B para la 2020-21 contará con cien equipos divididos en cinco grupos de 20 clubes cada uno que, a su vez, harán subgrupos de diez conjuntos. En uno de esos subgrupos estará la Cultural. La Liga, que está previsto comience a finales de septiembre o principios de octubre, tendrá tres fases. La primera con un sistema de liga regular a doble vuelta que jugarán esos subgrupos de diez. Los leoneses disputarán un total de 18 jornadas en las que se jugarán mucho más que su futuro.

Y es que solo los tres mejores de cada uno de esos diez subgrupos -un total de 30 equipos de los 100 iniciales que integran la Segunda B- continuarán luchando después, en la segunda fase, por ascender a la categoría de plata. Es decir, que de no completar una primera parte de la temporada casi perfecta, los culturalistas se quedarían sin un nuevo sueño en febrero de 2021, cuando está previsto culminen esas 18 jornadas iniciales.

En caso de descalabro, la Cultural activaría su segundo objetivo, como mal menor. Y no es otro que el de integrar la Segunda B Pro en la 2021-22. Para ello deberá acabar la primera fase liguera entre el cuarto y el séptimo clasificado o bien meterse en la lucha por el ascenso a Segunda aunque no llegue a los play off o caiga durante la disputa de los mismos sin lograr una de las ansiadas cuatro plazas que dan derecho a regresar al fútbol profesional.

Por tanto, el margen de error en la próxima temporada será más estrecho que nunca. Los clubes que no acaben esa fase inicial entre los tres primeros ya solo podrán aspirar a quedar encuadrados en la Segunda B Pro o, en el peor de los casos, a evitar el descenso. Un auténtico lío que viene provocado por la pandemia de coronavirus. Al verse obligados a suspender la Segunda B este año, la Federación Española ha tenido que improvisar una categoría de bronce con 20 equipos más y un laberinto de fases.