Martínez Camí: «Cada partido es una final en una Liga tan exigente»

Pedro Martínez Camí, central internacional del Abanca Ademar, ve en su próximo rival, el Cuenca, el carácter «aguerrido y valiente» que le imprimen su amplia nómina de compatriotas y también de brasileños. El conjunto que dirige Lirio Jiménez cuenta en su plantilla con seis integrantes de la albiceleste: Leo Maciel, Pablo Vanstein, Martín Ariel Doldán, Lucas Moscariello, Pablo Simonet y Federico Pizarro, completando la amplia nómina sudamericana los brasileños Leonardo Dutra y Thiago Alves.

Para el jugador ademarista la llegada del pequeño de la saga Simonet y del veterano lateral Pizarro han dotado a los manchegos de «mayor penetración y lanzamiento exterior, dentro de un bloque poderoso, con muchas armas difíciles de defender».

Martínez Camí tenía a muchos de estos compatriotas y futuros compañeros de selección en la mayoría de los casos «casi como ídolos, mientras que ahora serán rivales, lo que supone una motivación extra». El apurado triunfo de la temporada pasada ante el Cuenca demostró, según el central «la dificultad de un equipo que se caracteriza por su tremenda solidez y, en ocasiones, dureza, defensiva».

Para combatir este apartado del juego, el jugador ademarista cree que han de apostar el próximo viernes en el municipal leonés por «la velocidad en las transiciones, para intentar desgastarse lo mínimo posible en el ataque posicional». Por ello, el triunfo a domicilio de la pasada jornada en la cancha del Puente Genil le puede servir al Abanca Ademar, según considera «para dar confianza y fortaleza, reconociendo que cuando lo táctico no es suficiente, también se puede confiar en la garra y el espíritu ganador del bloque».

Y es que, según Martínez Camí, la igualdad de la Liga Asobal se demuestra cada jornada «sin ningún equipo, salvo el Barcelona, superior al resto y, sobre todo a domicilio, la dificultad se multiplica». Martínez Camí se está empezando a especializar en la labor defensiva, a pesar de que reconozca que aún le falta «cierto acoplamiento con los compañeros para los cambios e intentos de interceptar o salir, algo que con Gonzalo -Carou- ya estaba adquirido por su experiencia».