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Balonmano | Liga Asobal

El Logroño hace vulnerable al Ademar

Natán Suárez se eleva para lanzar ante la portería riojana obstaculizado por varios defensores. El Ademar tuvo que hacer frente a un adversario intenso. MARCIANO PÉREZ

Natán Suárez se eleva para lanzar ante la portería riojana obstaculizado por varios defensores. El Ademar tuvo que hacer frente a un adversario intenso. MARCIANO PÉREZ

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Anaitasuna destapó en el anterior partido en el Palacio las carencias de un Abanca Ademar en este tramo de Liga. Ayer repetía el guión otro rival que puja con los leoneses por la zona noble de la clasificación, el BM Logroño La Rioja (25-27).

Lo hizo aplicando unas armas que hasta no hace mucho se habían convertido en las señas de identidad de los de Manolo Cadenas: la intensidad aplicada en defensa y la eficacia en ataque.

Lo hizo en un encuentro que hasta horas antes pendía de un hilo para su disputa. Pero al final se jugó. Y el resultado no pudo ser peor para los locales que se encontraban en la primera jugada con el marcador en contra. La intención es que ese 0-1 anotado por Moreira fuera sólo una anécdota.

El tanto en la jugada siguiente de Natán Suárez para devolver las tablas así lo auguraba. Incluso con el 1-3 anotado en sendas jugadas por el visitante Maestro que nuevamente se enjugaba con las acciones de Martínez Camí y Gonzalo.

Incluso con el penalti parado por Slavic que, seguido de l acción de Casqueiro, situaba por vez primer al Abanca Ademar con ventaja en el electrónico (4-3).

El fantasma del partido precedente en el feudo leonés parecía que se esfumaba. Y eso que nuevamente los locales saltaban a la pista menos metidos en la faena frente a un adversario m´s intenso y con las ideas claras. Hasta el minuto 15 el intercambio de golpes deportivamente hablando estaba parejo.

La defensa del Logroño causó muchos problemas al ataque de los leoneses en el partido. MARCIANO PÉREZ

Incluso los de Cadenas lograban irse de dos goles con el 7-5 que un parcial en contra de 0-3 enjugaba en su contra. Se pasaba al 7-8 e incluso al 8-10 lo que llevó a Cadenas a pedir tiempo muerto rondando los 20 minutos de juego. La intención del técnico de Valdevimbre pasaba por reconducir una situación que se tornaba en amenaza. Gostovic y Natán parecían aplicar ese cambio de aires para devolver las tablas al marcador con el 10-10. Incluso Khalifa lograba atajar un siete metros.

Pero ni esa acción ni otro penalti parado por Slavic sirvieron para que el tramo final de la primera parte recuperara la mejor versión de los leoneses que con un 1-4 en contra se iban a vestuarios tres goles abajo (11-14). Tocaba remontar.

Segunda mitad

Y con 30 minutos por delante el reto estaba a su alcance. Eso sí, siempre que esa fragilidad defensiva y la falta de acierto ante el marco rival pasaran a un segundo plano.

El tanto de Gonzalo nada más iniciarse este segundo acto devolvía la esperanza. Y también abría las puertas a la remontada. Pero en un visto y no visto (apenas tres minutos) Serradilla y Sánchez-Migallón elevaban la desventaja de los ademaristas a cuatro goles. La más amplia hasta el momento en lo que iba de partido. Pero no la máxima a la que se iba a llegar. Gonzalo y Lucin cortaron la sangría sólo momentáneamente.

Cadenas no quería que la situación se convirtiera en insalvable. Por eso pedía un tiempo muerto para poner freno a un camino que parecía cuesta abajo frente a un Logroño que se encontraba como pez en el agua con un Moreira que acción tras acción lograba zafarse de la defensa local para hacer daño con sus goles y también acciones de peligro que culminaban buena parte de las veces sus compañeros.

Segunda consecutiva

Los leoneses suman dos traspiés consecutivos en el Palacio frente a Anaitasuna y Logroño

Apenas un minuto después y con el 15-21 en contra el técnico volvía a solicitar pausa para intentar aplicar una última receta para que el partido no se le fuera de las manos a los leoneses.

Su receta y la capacidad de los ademaristas de sacar toda su fortaleza en los momentos complicados llevaron a un parcial de 4-0 a favor. La renta en contra pasaba en un visto y no visto de seis a dos goles. La remontada parecía más cerca de la mano.

Con ese panorama el entrenador del Logroño La Rioja se veía obligado a solicitar tiempo muerto. No quería que la nueva versión de los locales pasara por encima de todo el trabajo hecho hasta el momento para frenar a un Abanca Ademar que parecía desperezarse.

Una defensa más consistente que la mostrada hasta ese momento, menos errores en el paso y una mayor producción en ataque se convertían en un argumentario que abría un nuevo panorama. A falta de diez minutos Natán Suárez y Gostovic ponían el 22-23.

A los riojanos parecía que la gasolina le empezaba a escasear. El partido estaba donde querían los locales pero otra vez ciertas precipitaciones llevaron a teñir el blanco en negro hasta el punto que los visitantes recobraban aliento con el 23-27. Restaban dos minutos y todo parecía decantado.

Ni el último intento bastó a los de Cadenas para darle la vuelta a todo. La derrota era un hecho.

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