Ademar se desfonda ante Cangas

Desfondados. Así terminaron ayer los jugadores del Abanca Ademar su enfrentamiento contra el Cangas (24-22), un duelo intenso, muy físico e igualado que se suma a la tremenda carga de partidos que arrastran los de Manolo Cadenas, sobre todo en las últimas semanas. Sin Jaime, Semedo y tampoco Casqueiro -operado de apendicitis- los leoneses tuvieron que armarse de coraje un día más sin tiempo para lamentos. No valían más tropiezos ligueros en casa y tampoco la excusa del cansancio. Esa es la mentalidad impuesta por el técnico de Valdevimbre y nadie se atreve a cuestionarla. Pero lo cierto es que el equipo está pidiendo a gritos el parón de diciembre, la gasolina hace tiempo que entró en la reserva y lo peor de todo es que aún restan otros tres compromisos de máxima exigencia.

Y aún así, el Ademar supo mantenerse concentrado desde el primer minuto. Es cierto que tanto Lucin como en ocasiones -menos- Natan y Pedro fallaron algunos pases claros en ataque, pero no cayeron en pájaras pasadas que tiraron por tierra el camino andado. La igualdad y el intercambio de golpes fueron una constante en los 30 primeros minutos. Los gallegos venían crecidos tras vencer al Guadalajara como visitantes en la anterior jornada. León era otro nivel, pero sabían del cansancio de los de Cadenas e iban a explotarlo hasta el extremo. Al paso por el minuto 11 (5-5) era Donlin quien mejor estaba leyendo cómo defender a los de Moyano. El pivote se ha hecho un hueco fijo en defensa y lo que muchos creían un experimento de locos empieza a dar frutos de los buenos. No es solo su contundencia atrás, es que ayer volvió a anotar cuando a Marchán no le daba tiempo a hacer la rotación e incluso intervino en buenas jugadas a la contra asistiendo a sus compañeros con total descaro. Cierto que los árbitros le castigan en exceso con las exclusiones, pero el ‘12’ ademarista progresa a marchas forzadas con cada partido.

Donlin volvió a ser uno de los mejores del Ademar. JESÚS F. SALVADORES

El Cangas propuso una férrea defensa 6-0 que dificultó el tiro exterior leonés -sin Semedo ese arma es casi inofensiva- y llevó la mayoría de sus ataques en estático al límite del pasivo. No había prisa, lo importante era desgastar a un Abanca Ademar bien plantado atrás. Del ataque se encargó sobre todo Gonzalo y Natán en menor medida. Para cuando quedaban nueve minutos de primer acto, el Ademar logró irse de 4 (12-8) en su máxima renta del encuentro, pero una exclusión de Donlin mal gestionada por los ademaristas impidió romper del todo el partido y el Cangas contestó con otro 0-4 que dejaba las cosas el 12-12.

En la reanudación, el Ademar salió otra vez con la mentalidad de ampliar las distancias y así poder gestionar mejor los cambios y los esfuerzos. Feutchmann tiró de veteranía para liderar la ofensiva y Pedro Martínez (que jugó muchos minutos de extremo) la garra necesaria para advertirle al Cangas que aún tenían fuerzas. Fue un partido donde la paciencia también se antojó necesaria, porque los visitantes no desfallecían y tampoco les asustaba verse dos o tres goles por detrás. En el minuto 50 (20-17) el titánico esfuerzo de ambos conjuntos comenzó a pasarles factura, sobre todo a los gallegos, que ya no veían puerta con tanta claridad. Slavic, una vez más, estuvo de notable alto.

En los minutos finales, el Ademar se dejó ir demasiado, aunque es cierto que el triunfo ya no corría ningún peligro. Mínimo descanso y mañana a medirse al Valladolid.