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Aspire exige resultados a la Cultural

La Academia de Catar fija el objetivo en el ascenso a Segunda División y piensa que será más factible como campeón de grupo Para lograrlo tiene la obligación de superar las dos primeras fases en cabeza

Íñigo Idiakez sabe desde el primer día que llegó a León el objetivo de la Cultural. JESÚS F. SALVADORES

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León

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Íñigo Idiakez (San Sebastián, 1973) sabe que llegar a un club como la Cultural es hipermotivante pero también exigente. Esta presión, desde la llegada de Aspire, ya la han sufrido en el equipo leonés entrenadores como Juan Ferrando, Rubén de la Barrera, Víctor Cea y David Cabello. Todos, incluido José Aira, aunque al berciano se le dio una segunda oportunidad al mes de echarlo. A Cea y a Cabello les quemó más que a nadie la imperiosa necesidad de ganar siempre para ubicarse en cabeza de la clasificación. Una exigencia que no se reparte en la Cultural a partes iguales con los que toman la decisión de sus contrataciones. David Cabello, después de aguantar el tipo medio verano para pasar el corte tras la evaluación del club entre una decena de candidatos, sólo duró seis partidos en el banquillo. En tiempo competitivo, mes y medio.

Íñigo Idiakez, como hombre de fútbol y haber sido ‘cocinero’ antes que ‘fraile’, ya expresó en su presentación: «Sé que la Cultural es un club con una enorme masa social detrás». A continuación dijo: «Es un orgullo entrenar a la Cultural». Conoce las dificultades que conllevan una categoría como la Segunda B, aunque sea un novato. También sabe que es el trampolín para dar el salto al fútbol de élite. Y ahora tiene su gran oportunidad como técnico, al frente de una Cultural y Deportiva Leonesa que busca de nuevo el ascenso con un entrenador moderno, que debe seguir fiel a la personalidad demostrada en su estreno en Langreo y en otras astucias del juego que también ganan partidos. Desde el primer día en León lanzó un mensaje a su plantilla que no tiene maquillaje: si tiene que morir lo hará con sus ideas, con los que le sigan y con su estilo de juego. Es partidario de la rapidez inglesa. Esa moraleja se desprende de los tres partidos que ha dirigido desde su llegada.

Mientras, las exigencias de Aspire y de la Cultural siguen siendo las mismas. El objetivo está claro: el ascenso. Y se entiende desde la Academia de Catar que es más fácil subir siendo campeón al final de las dos primeras fases de esta atípica temporada.

Aspire tiene urgencia por regresar a Segunda División. La Cultural, por presupuesto, nóminas e infraestructuras, tiene la obligación de responder con fútbol y resultados a las exigencias de una Academia de Catar que ha sacado al club leonés del fango.