El ariete que destacó en el partido inaugural fue captado por el Lens
Diouf, otra perla senegalesa con modales del fútbol francés
El ariete senegalés El Hadji Ousseynou Diouf, elegido mejor jugador del partido inaugural, es el culpable del despido de Nicolas Anelka por el Liverpool. Otra joya africana.
La próxima temporada secundará a Michael Owen en la delantera de los reds a las órdenes del técnico francés Gérard Houiller. El propio delantero del Lens y mejor jugador africano el año pasado anunció este viernes en Seúl el fichaje, por 16 millones de euros, nada más derrochar su talento ante el escaparate planetario. Diouf es una más de las perlas negras de la fértil cantera africana pulidas en los centros de formación del fútbol francés. Nació hace 21 años en Dakar pero se crió en Saint Louis, ciudad situada a 270 kilómetros al norte de la capital en la desembocadura del río Senegal no lejos de la frontera mauritana. Su padre, Boucabar Diouf, también jugaba de delantero centro, fue tres veces máximo goleador del campeonato nacional y llegó a ser internacional. Pero El Hadji no lo conoció hasta hace cinco años ya que se separó de su mujer y emigró a Portugal. El nuevo prodigio del senegol creció al cuidado de sus abuelos ya que su madre trabajaba en la Embajada de Francia en Mauritania. El abuelo es un dignatario local de la cofradía de los muridas, una comunidad musulmana que predica una variante del Islam. Intentó que el chaval aprendiera el oficio de carpintero en una ebanistería de Saint Louis pero siempre estaba en la calle jugando al fútbol, su pasión y fuente de ingresos. Peloteo con tic-tic Para pelotear con las tic-tic -unas sandalias de plástico playeras- había que llevar dinero para jugárselo a escote con los rivales. El Hadji se lo sisaba a su abuelo, ciego, de la bolsa que llevaba atada en la cintura. Los equipos del barrio se lo rifaban por su olfato goleador. Le llamaban Stoitchkov y cuando jugaba de portero e iban perdiendo, cogía la pelota y driblaba a todo el mundo hasta batir a su colega del bando contrario, A los trece años fichó por el ASC Kaani Gui pero se codeaba con los mayores gracias a una grosera falsificación de su fecha de nacimiento. Detectado por un cazatalentos francés, a los 14 años fue a Lens. Los técnicos del club galo lo rechazaron y recaló en el centro de formación del Sochaux. Allí debutó en Primera División a los 17 años pero el equipo bajó a Segunda y lo vendió al Rennes por 5,3 millones de euros. Fue traspasado al Lens, el club que le había dado portazo.