BALONCESTO
León, pendiente de las promesas
Baloncesto León agonizará si los accionistas no resuelven de inmediato los problemas económicos que se heredan desde que las promesas no coinciden con las realidades. La del equipo leonés pende de cobros paralizados, por razones desco
Baloncesto León está anclado ahora en el agravio de no cobrar el dinero prometido y que figura en las partidas aprobadas por los accionistas. Los mismos que han de liquidar la deuda con el club que sostienen desde la base accionarial. Esa es una de las tres paradojas que rodean al club leonés: el propio dueño de la sociedad no liquida la cantidad comprometida y prometida. La segunda aserción inverosímil parte desde la consideración del mercado: el banquillo de León está colgado en la mayoría de las agencias de representantes, ocupadas a diario en asignar un técnico en paro al banquillo que dejó Roberto Herreras. Tercera paradoja: la sociedad tiene a media plantilla con contrato en vigor al mismo tiempo que resulta difícil pronosticar si León entrará en el próximo calendario federativo. León inició un calvario hace cinco temporadas. Cuando los accionistas, los propietarios del equipo, acordaron calmar el declive que partía de la presidencia, la afonía llegó a la aportación económica. Algunas de las cantidades que se prometieron como ingresos nunca llegaron a aparecer. Ahora, tampoco. Con el equipo en el descenso se avivó el vicio de prometer y no dar. Corren rumores, que no han sido confirmados por el propio interesado, de que el presidente de la entidad ha tenido que adelantar dinero para atender a pagos perentorios dentro de la actividad diaria del equipo. Si se confirma, esta circunstancia no hace más que aportar clarividencia al futuro que le espera a León en el caso de que sus accionistas no intervengan de forma conveniente en el estado de cuentas de la entidad. Hasta ahora no se ha visto más que al equipo gestor, deportivo y económico, luchar a brazo partido contra las inclemencias que les envía la situación coyuntural que viven los patronos de Baloncesto León: un equipo competitivo con rebajas presupuestarias contundentes que hizo frente a rivales con una disposición económica mucho más notable. León va camino de su entierro a la misma hora que un puñado de entrenadores, o sus agentes, se anuncian como principales candidatos a ocupar el banquillo de prestigio en la LEB. Y al mismo tiempo que los gestores del club, escarmentados ya por tanta demora con las realidades, esperan a que aparezca el dinero prometido para saldar las deudas igual que llegó para otras sociedades que ya cobraron el dinero público correspondiente. Todo indica que el fútbol es el siguiente en la lista.